A lo largo de su infancia y adolescencia, Mumtaz Halawa aprendió a odiar a Israel, ya odiar a los judíos. Entonces, de repente, todo su mundo se volvió del revés cuando descubrió no sólo que su abuela era judía, sino que él también es un judío de pleno derecho. Hoy en día, él se llama Mordejai y vive en Jerusalem.