Por ello, desde hace tres décadas están abocados a la fabricación de los utensilios que se usaban en el templo y la fabricación de los ropajes que vestían los grandes rabinos, por ejemplo, hace unos años fue necesario encontrar un gusano especial en Turquía para extraer de él el color celeste, y toda la liturgia del trabajo sagrado que se hacía en el santuario.