Cualquier ser humano que realiza acciones militares –cotidianamente– se transforma en un objetivo legítimo en el marco de una guerra.
Si un palestino de Rafah, vestido con jeans y camisa, contrabandea cohetes dentro de la Franja de Gaza, viola dos veces la ley internacional: realiza acciones bélicas por lo que debe vestirse diferenciándose de los civiles y ejecuta acciones bélicas, adrede, dentro de estructuras civiles convirtiendo, por ejemplo, el hogar por donde entra, el túnel en un objetivo militar legal.