Contrariamente a la creencia popular, la negativa de Israel a ceder el control de Judea y Samaria ha impedido una guerra a gran escala en Medio Oriente.
Los arquitectos del llamado «Proceso de paz de Oriente Medio» han difundido la idea de que una guerra futura con los estados árabes podría evitarse si Israel concediera el control de Judea y Samaria.
Tras la impresionante victoria de Israel después de que los estados árabes lanzaran un ataque sorpresa contra Israel en el día más sagrado del calendario judío en 1973, los árabes se convencieron de que no podían destruir a Israel militarmente mientras Israel se aferraba a los Altos del Golán y Judea y Samaria, que Israel ganó en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Posteriormente, los palestinos adoptaron una nueva estrategia en tres etapas para la destrucción de Israel en junio de 1974, bajo la cual planeaban: (1) usar el terrorismo para presionar a Israel a ceder territorios; (2) establecer una «autoridad nacional combatiente independiente» en esos territorios; y (3) usar esos territorios para provocar una guerra total en la que los vecinos árabes de Israel podrían destruir completamente el estado judío.
La Cumbre de la Liga Árabe apoyó este «Plan de fases» en octubre de 1974, aunque por ahora, los árabes no han intentado una nueva invasión de Israel en más de cuatro décadas.