Un ministro de Estados Unidos preguntó a David Ben Gurión, el primer Primer Ministro de Israel: «¿Cómo es que ustedes se consideran un pueblo?».
En 1899 durante una época de fuerte antisemitismo, Mark Twain escribió:
“Los egipcios, los babilonios y los persas se elevaron, llenaron el planeta con sonido y esplendor, después se adormecieron y desaparecieron; les siguieron los griegos y los romanos, hicieron mucho ruido y se fueron; otros pueblos han surgido y mantenido su antorcha en alto por un tiempo, pero ésta se quemó y ahora se encuentran en la exhibir ninguna decadencia, ninguna enfermedad a causa de la edad, ninguna debilidad de penumbra o han desaparecido. El judío los vio a todos, los venció a todos y es hoy tal como siempre ha sido; sin sus partes, ninguna disminución de sus energías, no decayó su alerta ni su mente agresiva. Todas las cosas son mortales menos el judío; todas las otras fuerzas pasan, pero él permanece. ¿Cuál es el secreto de su inmortalidad?”
Contestamos a Mark Twain y al Ministro de los Estados Unidos: El único factor común que acompañó a los judíos a través de todas las épocas en todas las tierras y bajo todas las circunstancias ha sido y será su amor por los valores judíos.
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Pesaj, desde hace 3.000 años, una noche diferente a las demás noches.