Desde finales del siglo XIX inmigraciones de judíos rusos llegaron a la región de Palestina buscando un refugio seguro, lejos de las masacres antisemitas perpetradas por la Rusia zarista.
Fuente: Nadia Cattan y Enlace Judío
Y así, mientras aquellos pioneros llevaban a cabo el ideal sionista de reconstruir su patria en aquel rincón del inmenso Imperio Otomano, la población árabe también se incrementó pues el desarrollo traído por los judíos a la región provocó nuevas oportunidades de trabajo que atrajo a los árabes de poblados cercanos.
Sin duda, había un futuro prometedor, pero de manera paralela, surgía una hostilidad entre árabes y judíos que se convertiría en la más violenta tensión.
De pronto, el mundo convulsionó y en 1914 países e imperios se sumergieron en la guerra más sangrienta que el hombre había visto jamás: la Primera Guerra Mundial.
Potencias mundiales se enfrentaron, ametralladoras, tanques y explosiones con dinamita se cobraron 10 millones de vidas. Habían daños permanentes, pero sobre todo, el mapa del mundo había cambiado para siempre.
¿Cuál sería ahora el destino para árabes y judíos?
Agradecemos a Nadia Cattan y a Enlace Judío por la producción de este vídeo.
[subscribe-es