Aquel 3 de septiembre del año 2015, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se subía al estrado durante la sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas y mandaba un mensaje al mundo:
Las profecías bíblicas se cumplen. Y hoy se puede ver el resultado en Israel. Una Tierra vibrante, llena de naturaleza y repleta de vida.