La vida en el Batallón de Reserva 8119 no es nada predecible. Estos soldados, estacionados en el corazón de Gaza, se enfrentan a desafíos diarios que ponen a prueba su resistencia, resiliencia y unidad.
Su rutina está llena de incertidumbre, ya que la amenaza constante de las fuerzas enemigas se cierne sobre ellos. Sin embargo, incluso en este entorno de alta presión, la camaradería prospera. Se forjan fuertes vínculos a medida que los soldados dependen unos de otros para obtener fuerza y apoyo.
Más allá de los peligros físicos, el costo emocional y psicológico es inmenso. El viaje de los soldados no es sólo un viaje de supervivencia en combate, sino también de lucha con las cicatrices emocionales duraderas de sus experiencias.