video

Aquel 18 de julio de 1994, Marianella Kreiman estaba en vacaciones en Buenos Aires con sus padres y al día siguiente retornaba a Chile.

Ella había decidido permanecer en Santiago cuando sus padres volvieron a Argentina tras 20 años de residencia en Chile, donde su papá, el muy querido Rav Ángel Kreiman (Z”L), se desempeñaba como Gran Rabino.

Y ese 18 de julio, 20 minutos antes del momento que cambió su vida para siempre, 20 minutos antes del estallido de la bomba en la AMIA, donde su mamá Susy trabajaba, sus padres habían hablado por teléfono para combinar adónde salir esa noche a comer, en familia.

Pero no hubo cena familiar, sino horror y desesperación.

Susy Kreiman (Julia Susana Wolynski de Kreiman) quedó atrapada, sin vida, debajo de los escombros, durante siete días interminables. Fue la última víctima mortal del atentado terrorista cuyo cuerpo fue rescatado entre las ruinas del edificio comunitario judío.

Hoy, Marianella tiene la misma edad que tenía su madre al morir. Mejor dicho, al ser asesinada.

Fuente: Semanario Hebreo Jai