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A pesar de que Israel es una economía fuerte, con apenas desempleo y con una reputación internacional de “Start-up nation”, también hay pobreza y desigualdad, que afecta directamente a decenas de miles de niños.

En todas las regiones del país –no solo en las tradicionalmente castigadas localidades de la periferia-, hay miles de niños que acuden cada día hambrientos a clase.

Para atajar esta problemática nació la ong “Nevet”: un colectivo que se dedica cada mañana a preparar bocadillos frescos para los pequeños más necesitados. Rotem Yossef, directora de la organización, explicó a Aurora porque se fundó la inicativa: “creemos que un niño que está hambriento en horas de estudio no puede estudiar ni concentrarse, de dar lo mejor de sí mismo”.