Dos terroristas palestinos, en una misión para matar judíos, milagrosamente optaron por no abordar varios autobuses, entre ellos uno lleno de niños. En su lugar, apuñalaron a un israelí antes de ser disparados por la policía.
Un hombre judío religioso en Beit Shemesh fue herido moderadamente en el ataque antes de que los dos terroristas fueran abatidos. Un testigo que vio la mayor parte del ataque dijo que los terroristas tuvieron la oportunidad de abordar al menos tres autobuses diferentes, pero no lo hicieron. Otros informes indican que ellos trataron de subir a un autobús lleno de niños, pero el conductor lo impidió. El hecho de que no consiguieran entrar en ninguno de los autobuses es un milagro, ya que su intención era claramente dañar a tantos judíos como fuese posible. Sólo atacaron cuando llegó la policía.
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