Las naciones africanas de mayoría musulmana están terminando años de ruptura en las relaciones diplomáticas con Israel, fortaleciendo sus vínculos con el estado judío.
La semana pasada, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, viajó a Chad para relanzar oficialmente los lazos entre las dos naciones. Pocos días después, Malí anunció que su primer ministro visitará Israel en las próximas semanas.
Estas dos naciones representan los últimos ejemplos del cambio de rumbo de los países africanos de mayoría musulmana en casi cuatro décadas de relaciones tensas o inexistentes con Israel.
Alentados por el deseo de beneficiarse de los robustos sectores de tecnología, agricultura y seguridad de Israel, los países africanos están poniendo cada vez más sus propios intereses por encima de las obligaciones ideológicas obsoletas impuestas por el mundo árabe.