La iniciativa Moona – Un espacio para el cambio nació en septiembre de 2014 como un programa extracurricular en el que estudiantes de secundaria judíos y árabes de Israel israelíes comenzaron a interactuar entre ellos mientras aprendían tecnologías relacionadas con la exploración espacial robótica, drones, impresión 3D y electrónica.
Por: Abigail Klein Leichman, Israel21c
Desde entonces, Moona expandió su misión y añadió visión avanzada y tecnologías de IoT al plan de estudios además de capacitación específica para el trabajo para adultos jóvenes (no solamente en tecnología espacial) en coordinación con empresas de alta tecnología que buscan contratar nuevo personal.
La adquisición de habilidades prácticas y colaborativas se realiza en las instalaciones de Moona en dos ciudades árabes israelíes: Majd al-Krum en la Galilea occidental cerca de Akko y Kafr Qasem en el centro de Israel.
“Moona” significa “deseo” en árabe. En hebreo, “emuna” significa “fe”. El nombre también refleja la importancia de la palabra “Moon” (Luna en inglés) como centro del programa.
Asaf Brimer pasó 25 años en la Fuerza Aérea de Israel y el sector aeroespacial antes de crear Moona con un socio musulmán.
“Empecé con esto porque la separación en nuestra sociedad es el mayor desafío para Israel, y decidí que mis hijos iban a estar mejor si la sociedad era más abierta. Nos perdemos muchas ventajas porque no tenemos la oportunidad de conocernos”, indicó Brimer.
Tras el parcial levantamiento de las restricciones de COVID en Israel, una vez más hay entre 50 y 100 judíos, musulmanes, cristianos, drusos y beduinos de Israel que llegan a Moona para compartir actividades toda la semana.
Luego del último conflicto de mayo con Gaza y los disturbios raciales en ciudades como Akko y Lod, Moona convocó a psicólogos para ayudar los estudiantes a procesar sus emociones y luego regresar al estudio.
“Hoy es todo más desafiante pero también hay más oportunidades. Creo que en dos años tendremos de seis a diez centros en todo Israel y con el tiempo, espero que haya centros Moona en EEUU y Emiratos Árabes Unidos. Es un modelo que se puede replicar en cualquier lado porque se trata de personas”, le dice Brimer a ISRAEL21c.
Casos de éxito
En 2017, los tres ganadores principales del concurso de Moona “De la idea a la implementación”, patrocinado por la Asociación de la Embajada de los EEUU en Oriente Medio, llevaron sus prototipos para mostrar el programa Partnership2Gether de la Federación Judía de Pittsburgh, que dio un capital inicial a Moona.
Ahmad Sbea, de 17 años, y Khaled Abu Daud, de 18, ambos de Majd al-Krum, compartieron el primer premio por su barco de pesca automático diseñado para la seguridad de los pescadores de Alaska.
El tercer premio fue para Rima Ali, de 21 años, de un pueblo druso cerca de Haifa, por su mesa de entretenimiento llena de juegos de mesa y cartas.
En declaraciones al Pittsburgh Jewish Chronicle, Abu Daud dijo que antes de llegar a Moona en noveno grado no socializaba con judíos. “El primer año fui muy tímido pero luego de eso empecé a involucrarme cada vez más. Ahora soy amigo de todos los mentores y los judíos allí. Es realmente diferente de lo que sucede en el exterior”, contó.
Sbea siguió a su amigo Abu Daud al programa de robótica de Moona. Hoy es un estudiante de 21 años en el Instituto Tecnológico Technion-Israel.
En charla con ISRAEL21c en Español, el joven reconoció que al principio le costó comunicarse con sus compañeros y mentores de habla hebrea pero que rápidamente aprendió a hacerlo y se apasionó por la ingeniería.
“Moona es un espacio para el cambio, y eso es lo que fue para mí. Yo planeaba dedicarme a la medicina pero luego de tres años aquí me di cuenta de que quería ser ingeniero mecánico. Hoy, mis cinco hermanos menores también están en Moona”, dijo Sbea, que todavía participa como mentor.
El joven llevó a su equipo de construcción de drones a ganar el primer lugar en la competencia Moona de 2019. Se llevaron a Boston los cuadricópteros que habían creado e hicieron una parada en el MIT organizada por el Consejo Israelí Americano de Boston.
“En Moona, aprendemos temas y luego los enseñamos a los nuevos miembros. Me gusta mucho el concepto de ser estudiante y también maestro”, explicó Sbea.
Durante la pandemia, Abu Daud y Sbea formaron parte de un equipo que ganó el primer premio en un hackathon patrocinado por el Technion para encontrar soluciones innovadoras contra el COVID-19.
Allí inventaron un nuevo tipo de mascarilla con estudiantes de la Universidad de Stanford.
Entrenamiento de alta tecnología
En 2020, Moona desarrolló un nuevo modelo para capacitar a la mano de obra para las industrias de la zona. “Hubo una crisis después de la pandemia, con mucha gente desempleada y organizaciones que ayudaban con la capacitación. Nosotros sentimos que la verdadera solución está a nivel municipal o regional”, dijo Brimer.
“Damos cursos en tres centros en diferentes partes del país, incluida la población beduina del sur, y también buscamos abrir un centro en Yafo”, contó Brimer.Los cursos de ingeniería aplicada duran entre seis a ocho semanas y son financiados por los sectores empresarial, gubernamental, filantrópico y privado.
Para más información sobre los programas de Moona, clic aquí.