Unidos con Israel

Es tu tierra, hijo mío

Si un tío millonario te dejó una herencia de 1.000 hectáreas en Suiza, la tierra es tuya, aunque vivas en Cali o Bs As. En el caso de Israel, es diferente.

“Tomarán posesión de la tierra y se asentarán en ella, pues Yo les he dado la tierra para que la posean” (Números 33:53)

A Rashi no se preocupaba por ser “políticamente correcto”. Al analizar el pasaje que hemos citado, él dice así: “Y tomarán posesión de la tierra (de manos) de todos sus habitantes y recién entonces podrán existir allí. Porque si no lo hacen, no podrán existir allí”.

Teniendo en mente este comentario de Rashi, ahora podemos entender cómo es que la Torá , que es tan frugal con las palabras que usa, repite el concepto de “poseer”. La primera vez que la Torá dice “poseer” en el versículo citado significa que nosotros, el pueblo judío, estamos recibiendo la Tierra como una heredad. Y si alguien en el mundo tiene algún problema con eso, Hashem dice: “Pues YO les he dado la tierra para que la posean”. La segunda vez que el pasaje menciona el “poseer” significa que debemos tomar posesión física de la Tierra y establecernos allí.

La Tierra de Israel es diferente de cualquier otro tipo de heredad. Por ejemplo, si un tío millonario te dejó una herencia de 1.000 hectáreas en Suiza, la tierra es tuya, aunque tú sigas viviendo en Rio de Janeiro, Buenos Aires o Santiago. Pero Hashem está afirmando en forma explícita y enfática que Él nos está dando la Tierra de Israel para que vivamos en ella.

En la lista de 613 preceptos de la Torá que enumera el Rambán (Najmánides), el pasaje citado constituye un precepto positivo  – de establecerse en la Tierra de Israel. Ahora podemos comprender la tremenda importancia que le asignaron nuestros Sabios a inmigrar a Israel, a vivir allí y a no irse nunca.

Incluso de acuerdo con los otros Rishonim (Primeros Comentaristas), nuestros grandes sabios de la Edad Media como el Rambam y el Smag, que no enumeran el acto de habitar en la Tierra de Israel como uno de los 613 preceptos, el pasaje citado no constituye un precepto específico sino una advertencia muy estricta: si ustedes no expulsan a los habitantes actuales, no van a poder vivir en paz. ¡Qué profecía tan profunda! Las recientes tragedias que hemos sufrido en Israel, en que una adolescente de trece años es asesinada cruelmente de varios cuchillazos mientras dormía plácidamente en su cama, o un padre de diez hijos siendo asesinado mientras conducía frente a los ojos de su familia, a manos de terroristas sedientos de sangre, dan testimonio del largo alcance de las palabras de los Sabios, y especialmente Rashi.

Hashem nos dio la magnífica Tierra de Israel a nosotros, Su pueblo elegido. El Ramban dice que al establecernos en cualquier otro lugar excepto la Tierra de Israel, el judío está afirmando que no quiere aceptar el regalo del Rey. Tal insolencia ciertamente no es conducente a la compasión Divina.

Hay quienes piensan que la Tierra de Israel le fue dada al Pueblo Judío en la antigüedad, pero que ahora ya no tienen más derecho a la tierra de Israel, Dios no lo permita. El profeta Ezra, quien retornó a la Tierra de Israel tras el exilio babilonio a fin de reestablecer el Templo Sagrado y el asentamiento judío dice así: “Y heredarán la Tierra a sus descendientes por siempre”. Así como la Torá es nuestra por siempre, lo mismo ocurre con la Tierra de Israel.

Si uno piensa que Rashi es un derechista, esa persona deberá saber que Rashi, al igual que todos los otros Rishonim, no tienen ninguna opinión política. Lo único que les importa es la verdad de la Torá. Al igual que Rashi, Rabenu Bejaie no escatima palabras y enfatiza que el pueblo judío debe librar a la tierra de todos sus habitantes. El Mizraji va un paso más allá en su clásico comentario de la Torá y en su análisis gramatical de la palabra ve-horashtem, que nosotros hemos traducido como “tomarán posesión”, dice que el acto de posesión de que habla la Torá se refiere a expulsar a los otros habitantes.

Vemos entonces que la Torá y el ser “políticamente correcto” no van de la mano…

¿Por qué hoy en día no tenemos el poder de tomar total posesión de la Tierra que nos ha dado Dios? ¿Por qué debemos someternos a la presión externa? ¿Por qué tantos de los políticos aquí en Israel no creen en nuestro indiscutible derecho a la Tierra de Israel?

El Rey David nos da una respuesta muy clara: “Y Él les dio la tierra… para observar sus leyes y salvaguardar sus estatutos”. La Torá es un contrato entre Hashem y el pueblo judío. El hecho de poseer la tierra es solamente uno de los 613 preceptos de la Torá, pero hay muchos más, como observar el Shabat, estudiar Torá, mantener la santidad familiar, etc. Para poder tener posesión de la tierra, debemos también cumplir con los otros preceptos.

A nivel práctico, a nadie con un mínimo de cordura se le ocurriría tomar la ley en sus propias manos y expulsar a los árabes de la Tierra de Israel hoy en día. Entonces ¿cómo hacemos para poseer la tierra?

Mi amado maestro el Rabino Shalom Arush dice que cuando todo el pueblo de Israel se fortalezca en emuná, Hashem se encargará del resto. Nosotros debemos concentrar nuestros esfuerzos en consolidar nuestra relación con Hashem. Y una vez que lo hagamos, Hashsem se encargará de nuestros vecinos hostiles. Ya van a ver…

 

Fuente: Breslev en español

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