Unidos con Israel

»Estamos haciendo por ellos lo que nunca nadie hizo por nosotros»

IDF field hospital Syria

PM Benjamin Netanyahu in May 2015 visits IDF field hospital that treats Syrians wounded in civil war. (Kobi Gideon/GPO/FLASH90)

Alejandro Roisentul, odontólogo argentino a cargo de una unidad de cirugía maxilo-facial en la frontera con Siria, visitó los estudios de Radio Jai junto a su esposa Juliana y relató cómo es recibir a heridos de guerra sirios y por qué acepta curarlos y tratarlos “incluso mejor que a los ciudadanos israelíes”. “Estamos tratando a pacientes que teóricamente son enemigos y que quieren atacar a Israel. Pero la medicina y el judaísmo van más allá de eso», destacó.

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Alejandro y Juliana Roisentul Prado decidieron emigrar desde su Argentina natal hace ya 26 años, un día después de haber contraído matrimonio. Al llegar a Israel, estuvieron en un centro de absorción en Tiberias, aunque no todo fue como lo esperaban: todo el centro era de inmigrantes etíopes. “Éramos el único matrimonio blanco y los niños nos tocaban para ver si estábamos pintados. Si bien fue raro al principio ese encuentro, esto nos permitió entender lo que era Israel, un país donde estamos todos juntos, somos todos iguales y todos podemos vivir juntos”, cuenta Alejandro.

Alejandro es odontólogo, recibido en la UBA, realizó una residencia de cirugía maxilo-facial en Israel y hace ya más de 15 años abrió una unidad de cirugía especializada en Tzfat, al norte de Israel. Juliana es gerente de ventas para países hispanos en una empresa de alta tecnología que hace implantes dentales.

La clínica de Roisentul está ubicada en una zona de periferia, lindando las Esferas del Golán con El Líbano y Siria. Es por ello que reciben muchos casos de heridos de guerra de esos países: “Con la guerra civil en Siria, comenzaron a traer heridos sirios muy graves a la frontera porque no tenían ninguna posibilidad de tratarse allá… eran heridos del gobierno. Desde 2011 hasta hoy en día han llegado más de 1500 heridos graves”.

Por la importante labor que realiza Alejandro, la prensa mundial se hace eco de su institución, por lo que siempre reciben a diferentes medios que realizan informes. “Recibimos cada dos semanas comunidades no judías que vienen a ver la labor que hacemos. La semana pasada recibimos una camada de 30 estadounidenses, entre ellos periodistas, gente de radio y televisión que se quedaron impactados al ver que en nuestra sala había entre 40 y 50 sirios heridos de gravedad, siendo tratados de la mejor manera, con una atención médica de la más alta calidad mundial. Reciben mayor atención que un ciudadano israelí ya que ellos no están en condiciones de volver a su casa, por lo que quedan internados durante 2 o 3 meses y no pagan nada”.

“Eran tantos los Sirios que llegaban que el ejercito israelí montó un hospital de campaña para poder tratarlos y muchas veces derivarlos con nosotros. Sus hospitales están destruidos, o no se les permite acceder”, continuó.

Sobre la difícil posición en la que se encuentra, al tratar heridos y víctimas consideradas tal vez como “enemigos”, Roisentul asegura que para él la vida está por encima de todo: “Cuando vos ves a un chiquito de 9 años que perdió las dos manos y las dos piernas y está ciego por una bomba que tiró el gobierno sirio… uno solo puede rezar y pedir por ellos. Estamos haciendo por ellos lo que nunca nadie hizo por nosotros. Cuando el pueblo mismo de Siria los intenta matar nosotros los salvamos”.

De hecho, relató algunos diálogos que mantiene con los heridos sirios. “Nos dicen: Estamos siendo tratados por el diablo, de repente estamos del otro lado del límite y ustedes nos están curando. Eso es algo muy especial que a uno le hace sentir la esencia del judaísmo”.

Juliana, por su parte, se siente conmovida por la labor de su esposo y por lo que representa Israel para sus valores: “A mi el ser judía me da un montón. Crecí y me eduqué en el judaísmo, mis valores son judíos y es lo que trato de enseñarle a mis hijos. Creo que Israel nos está demostrando eso con el ejemplo. Hubo un desastre en Nepal y el primer hospital de campaña con la mayor cantidad de gente y medicamentos fue israelí; lo mismo pasa en Siria”.

“Las familias (sirias) tiran a sus niños a la frontera para que sean salvados, ellos no solo que reciben el tratamiento gratis, sino que reciben el apoyo de familias y voluntarios que van diariamente para contenerlos y apoyarlos”, continúa Juliana.

Fuente: Radio Jai

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