Mahmud al Zahar, cofundador de Hamás y ex ministro de exteriores del grupo, explicó los antecedentes históricos de las conversaciones de reconciliación con Fatah en una entrevista ofrecida al canal de televisión Al Aqsa, órgano de propaganda de esa organización islamista.
Al Zahar señaló que tras seis años de persecución política de la Autoridad Palestina (AP) que comenzó en 1994, Arafat concluyó que las conversaciones de paz con Israel eran fútiles, a raíz del colapso de las negociaciones mediadas por el presidente norteamericano, Bill Clinton. Clinton e Israel han culpado a Hamás por el fracaso de las conversaciones, que fueron seguidas por la erupción de la Segunda Intifada y una ola de ataques suicidas con bombas contra las ciudades israelíes.
“[Arafat] envió a alguien del Aparato de Seguridad Preventiva al jeque Salah Shehadah y le dijo: ‘No tengo problema con que Hamás lleve a cabo operaciones’”, afirmó Zahar. Shehada era uno de los cabecillas del aparato terrorista de Hamás abatido por Israel en 2002.
Poco después apareció de la nada un grupo en Gaza que se hacía llamar “Fuerzas Omar al Mukhtar”. Al Zahar señaló que la dirigencia de Hamás estaba dividida sobre cómo relacionarse con el nuevo grupo. Algunos creían que Omar al Mukhtar estaba vinculado a Israel; mientras que otros apoyaban la idea de aprovechar el momento y lanzar ataques terroristas conjuntos con el nuevo grupo usando sus armas para los ataques de Hamás.
Finalmente, Hamás decidió tomar las armas, incluyendo lanzagranadas RPG, ofrecidas por Omar Al Mukhtar, que resultó ser un brazo de la Autoridad Palestina y de Fatah en Gaza, expresó Al Zahar.
“[Israel] le dijo a Abu Ammar (nombre de guerra de Arafat): ‘Escucha, no te trajimos aquí para esto, y luego fue cuando lo sitiaron [a Arafat en el complejo de la Mukata en Ramallah], Cisjordania fue ocupada nuevamente y se deshicieron de él”.
Las declaraciones de Al Zahar le dan mayor credibilidad a la tesis de que la Segunda Intifada fue más un esfuerzo premeditado de Arafat para inflamar la calle palestina que un levantamiento espontaneo.
La Segunda Intifada que comenzó con la controversial visita del entonces líder de la oposición Ariel Sharón al Monte del Templo en septiembre del 2000, habría sido menos espontanea de lo que se pensaba y más un esfuerzo premeditado desde arriba, según esta versión.
Muchos funcionarios israelíes sostienen que Arafat instigó la Segunda Intifada para desviar la culpa por su rechazo a avanzar hacia un acuerdo total con Israel en las conversaciones de Camp David.
“Si eso [el cambio de política de Arafat] fue para mejorar su posición en las negociaciones o un cambio real, solo Dios sabe, pero no hubo más persecuciones [por parte de la AP contra Hamás]”, concluyó A Zahar.
Fuente: Aurora