El grupo terrorista islámico palestino Hamás, que controla con puño de hierro la Franja de Gaza, prometió “renovar la intifada de Jerusalem” para impedir que Estados Unidos reconozca a la ciudad santa como capital de Israel.
“La decisión representaría un asalto de Estados Unidos a la ciudad y daría legitimidad a [Israel] sobre la ciudad”, argumentó Hamás en un comunicado.
La decisión violaría la ley internacional que ve a Jerusalem como un territorio ocupado y “le daría cobertura a Israel para promover la judaización de Jerusalem y la expulsión de los palestinos de la ciudad”, alegó la organización terrorista.
“Instamos al pueblo palestino a erigir un impenetrable aluvión y un alto muro contra esta decisión y renovar la intifada”, añade el comunicado.
Según reportes, que citan a funcionarios de la Administración norteamericana, el presidente estadounidense haría un anuncio al respecto el miércoles próximo, y al mismo tiempo postergaría su promesa electoral de trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalem.
El negociador principal palestino y secretario general de la OLP, Saeb Erakat, manifestó que “Cualquier reconocimiento de Jerusalem como capital de Israel pondrá fin a la cuestión de Jerusalem. La cuestión es delicada y tocarla es jugar con fuego”.
Nabil Abu Rudeinah, portavoz del presidente palestino, Mahmud Abbás, aseveró que el reconocimiento de EE.UU. de Jerusalem como capital de Israel “destrozará el proceso de paz” y desestabilizará la región”.
Desde 1995, una ley del Congreso norteamericano requiere el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalem. Sin embargo, todos los presidentes estadounidenses han firmado puntualmente cada seis meses un decreto postergando la decisión argumentando cuestiones de seguridad nacional.
Funcionarios del Partido Republicano y grupos cristianos evangélicos presionan a Trump para que no postergue el traslado de la embajada.
De acuerdo con los reportes, los asesores de seguridad nacional se reunirán en la Casa Blanca el lunes para discutir el inflamable asunto.
La posición norteamericana hasta el momento ha sido que el estatus de la ciudad será determinado solamente a través de negociaciones bilaterales entre Israel y los palestinos.
Fuente: Aurora