Con un puntaje de 50,12% sumando todas las variables, Israel se encuentra entre los 10 países más educados del mundo. Más precisamente, se ubica en la quinta colocación de un ranking elaborado por Erudera que lidera Canadá, y lo siguen Japón, Luxemburgo y Corea del Sur.
Fuente: Aurora
Luego de Israel, continúan en el Top 10 países como Estados Unidos, Irlanda, Reino Unido, Australia y Finlandia. Cada una de estas naciones posee una mayor proporción de la población con título terciario más alto que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Al comentar sobre los hallazgos, Gent Ukehajdaraj de Erudera señala que los factores que mantienen a estos países en la parte superior de la tabla en lo que respecta al nivel de educación entre sus ciudadanos son bastantes. “Todos estos son países ricos con economías estables y prósperas, que invierten mucho en educación, tienen un PIB per cápita alto y obtienen buenos puntajes en el índice de felicidad”, dice Ukehajdaraj. Y agrega que estos países “son el hogar de algunos de las mejores universidades como Stanford, Oxford, y tienen tasas de desempleo muy bajas”.
También destaca que las tasas de educación superior entre la población de un país mejoran la calidad de vida de esas personas, en particular para aquellos con licenciaturas o títulos equivalentes y superiores. “Los datos muestran que cuanto más educada es la gente de un país, más desarrollado económicamente es ese país. Como resultado, la calidad de vida en ese país también es mejor”.
Los 10 países mejores rankeados también son los más ricos del mundo, con un PBI per cápita entre 40 mil y 80 mil dólares. En este rubro, Israel está sexto con 43.610 dólares en promedio. A su vez, en cuanto a inversión por país por estudiante en educación superior revela que Israel destina 12.336 dólares siendo el noveno en el mundo.
Por último, en relación con la felicidad, Israel se encuentra noveno según el informe mundial de la felicidad 2022. Y se devela aparte que las personas con un título tienen un propósito más claro en la vida, lo que les permite vivir más plenos y con mayor calidad.