Gracias a la ciencia y el uso de la tecnología, los agricultores lácteos locales han logrado que las vacas de Israel sean las más productivas del mundo.
Hace décadas productores de leche israelíes enfrentaron un dilema ¿cómo podían proporcionar leche a una población en rápido crecimiento en un país cuyo territorio es dos tercios de desierto, con poca tierra de pastoreo?
Se volcaron hacia la tecnología con un desarrollo de equipos que impulsó la producción, desde los sistemas a medidores de leche y datos biométricos de refrigeración.
Las reglas de la ciencia hoy en día permitieron trabajar con la salud, la producción, la genética y la fertilidad de las vacas, que son monitoreadas de cerca por los sistemas de gestión.
En los kibutzim de todo el país, se alinean a las vacas por docenas para ingresarlas en espacios de clima controlado, en espera de las últimas innovaciones en el ordeño robotizado que elevan la eficiencia.
Esto ha puesto a la tecnología agrícola del país, y a las empresas que prestan ella, en la demanda de todo el mundo.
En los Estados Unidos, por ejemplo, la producción de leche se ha incrementado en casi un 50% desde 1970, a pesar de que el número de vacas se ha reducido en un 25%.
Los países en desarrollo, particularmente en Asia, quieren mejorar sus industrias lecheras obsoletas y están buscando a Israel para que los abastezca de su tecnología y experiencia.
En Vietnam, un grupo de empresas israelíes encabezados por el desarrollador de sistemas Afimilk está construyendo una granja de 200 millones de dólares, que permitirá abastecer de productos lácteos a casi la mitad de la población.
La agricultura israelí se ha beneficiado de un auge en la amplia industria de alta tecnología del país, que se ha convertido en un importante motor de crecimiento e inversión.
Fuente: Ynet News / Traducción: Radio Jai