La directora del Departamento de Investigación de Cáncer y Nanobiomedicina de la Universidad de Tel Aviv, Ronit Satchi, recibió a la Agencia AJN para una entrevista en el marco del 70 aniversario de Israel, donde destacó los avances de sus estudios.
Resulta sorprendente conocer una profesora tan joven, a cargo de un departamento tan delicado e importante como el de cáncer en la Universidad de Tel Aviv. De una enorme simpatía y una gran generosidad, al momento de compartir sus logros con la Agencia AJN, se mostró apasionada con los últimos resultados y muy optimista cuando logra proyectar su trabajo a un futuro cercano.
Además de trabajar en la Universidad de Tel Aviv, Satchi estudió en Universidad de Londres, en la Hebrea de Jerusalem y en la Escuela de Medicina en Harvard.
Durante la entrevista, explicó que su Departamento se encuentra integrado por 30 personas de distintas disciplinas como biólogos, médicos, ingenieros, químicos y técnicos en computación informática. Semanalmente se reúnen y se destacó la individualidad del lenguaje que cada uno posee, las terminologías que manejan. Como equipo, tratan de aprender hablar el mismo idioma, “pero no es fácil”.
Asimismo, resaltó por qué maneja el departamento de una manera multidisciplinaria, dado a que sus estudios fueron desarrollados en varias ramas de la medicina: “Regresé a Tel Aviv en 2006 y abrí el laboratorio. Antes estudié en Hadassa Ein Kerem, Universidad Hebrea. Hice un doctorado en Londres, de Química Polímeros”.
Afirmó que la fortaleza de su laboratoria comienza en la sala de operaciones en los hospitales. La Universidad de Tel Aviv tiene la facultad de medicina afiliada a siete hospitales de Israel. “Trabajamos con al menos tres hospitales importantes: Ichilov, Shiva y Beilinson. Venimos a la sala de operaciones, recibimos una parte del tumor, cada uno va a patología y entonces podemos ir a los biólogos, ellos investigan las interacciones entre las células de cáncer del tumor y los microsistemas”, comenta Satchi.
Durante la entrevista abarcó sus conocimientos sobre el cáncer y nos invita a entender cómo funciona esta enfermedad.
Definió cómo las células cancerosas que habitan el cuerpo humano se “aprovechan” de las células normales y sus funciones para poder crecer en tamaño y enviar metástasis. “La forma en que hacen esto con los vasos sanguíneos es claro porque así pueden recibir oxígeno y nutrientes, pero con el sistema inmunológico que siempre pensamos o creímos que nos va a defender, lo hacen al principio.”
“El sistema inmunológico intenta protegernos y tragar las células y hacerlas desaparecer, pero con el tiempo pasan a ser cómplices del crimen, se unen y generan una inflamación que ayuda aún más avanzar al cáncer, generar metástasis”, agregó a la explicación.
“Nosotros investigamos estas interacciones en el momento que entendemos y sabemos quién es responsable de estas interacciones. Pasamos a los químicos, con los cuales vamos a molestar al sistema de relaciones entre el tumor y el microsistema. Si no logran comunicarse entre sí y unirse para sus necesidades, permanecerán con el tamaño de un grano de arroz, uno o dos milímetros, porque no tendrán los medios para crecer y desarrollarse”.
Ronit Satchi añadió la importancia que tiene el departamento en la investigación del cáncer y cómo, en un futuro, se podrá modificar genéticamente las interacciones de las células cancerígenas. Explica cómo en un experimento lograron determinar las características de la interacciones del cáncer del páncreas.
“Logramos identificar qué caracteriza a estas interacciones, qué caracteriza a las (células) que lograron vivir mucho tiempo y a las que no y realizamos la “reversa”. Es decir, modificamos el sello genómico. Si encontramos un gen y comprobamos que podemos causarle vivir más tiempo en animales, por ejemplo en ratones con cáncer de páncreas, ahora esperamos llevar esto a pacientes humanos. Cinco años trabajamos con el cáncer de páncreas”.
“Los avances tecnológicos son enormes. Si observo a las cosas importantes que ocurrieron desde el año 2000, se destaca el proyecto genoma humano y en 2010 la publicación del atlas del cáncer”.
Estas herramientas son gran apoyo para continuar con las investigaciones de los genes cancerígenos. Añade que gracias a esto, logran ver la secuencia de los genes en contraposición del órgano sano e ir viendo el desarrollo de los mismos”.
“Cada uno tiene su flora que influye en la posibilidad de contraer cáncer, qué tipo cáncer y también cómo reaccionar a los diferentes remedios de cáncer. Hay significado en la población de bacterias que cada uno de nosotros tenemos, cómo afecta a nuestra vida y cómo reaccionamos al tratamiento”.
Concluye aclarando que el pilar de la academia es innovar, encontrar objetos para descubrir, con los que puedan avanzar en la lucha contra el cáncer. “De la próxima fase se ocupará una compañía. Nosotros estamos en la fase en la que, al menos en teoría, en este laboratorio avanzamos mucho”.
Fuente: Itón Gadol