No solo es una cuestión de percepción, sino que se refleja en la seguridad misma.
Sentirse seguro es tan importante como estar seguro. Ese fue el mensaje clave que surgió en la Conferencia de Seguridad Turística Internacional de esta semana en Jerusalem, a la que asistieron ejecutivos de turismo y seguridad de todo el mundo.
Ansiosos por aprender la experiencia adquirida por Israel para mantener a sus visitantes a salvo mientras combaten el terrorismo, los participantes prestaron atención al expertise israelí.
“El producto turístico es el más complicado en venta. Es un producto de confianza o creencia», explicó Dirk Glaesser, Director de Desarrollo Sostenible del Turismo de la Organización Mundial de Turismo de la ONU (UNWTO), a los asistentes de la conferencia.
«En comparación con otros productos, se debe confiar o creer en aquellos que presentan el producto turístico», agregó Glaesser.
Los ataques terroristas tienen el potencial de devastar la industria del turismo de una ciudad, generando que posibles visitantes busquen en otros lugares mayor seguridad y confianza.
Un estudio belga evaluó el impacto del triple atentado suicida de marzo de 2016 en Bruselas y detalló el efecto considerable de los ataques en el turismo de la ciudad, e incluso en todo el país.
Los alojamientos en hoteles de Bruselas disminuyeron alrededor de un 24,3 por ciento en los primeros nueve meses de 2016, en comparación con el mismo período de 2017. En toda Bélgica, los alojamientos disminuyeron un 5,2 por ciento.
Los datos muestran que los visitantes extranjeros reflejan la falta de seguridad en la capital belga hacia todo el país, los ciudadanos británicos y franceses fueron los primeros en alejarse de Bélgica.
Bruselas es una de las principales ciudades asesoradas sobre seguridad en el turismo y sobre cómo garantizar la continuidad de la industria a pesar de las aterradoras amenazas del terrorismo.
Fuente: Iton Gadol