Rabinos, expertos en agricultura y artesanos recrearon por primera vez el aceite puro del candelabro del Templo de Jerusalem.
¿Cuánto fue el aceite que se usó en el templo de Jerusalem?
¿Cómo y cuanto era? ¿Cómo se hizo?
Siguiendo estas preguntas lograron reconstruir por primera vez el aceite puro que se empleaba hace dos mil años para encender el candelabro del Templo de Jerusalem.
Después de años de estudio, los eruditos llegaron a la conclusión de que el aceite puro debía provenir de algún tipo de plantación orgánica separada porque, según la Mishná se sabe que los olivos destinados para el aceite del templo no se mezclaban con ninguna otra plantación.
El aceite original, el que todos recordamos en estos días de Hanuka, fue recreado por el “Instituto del Templo”, dedicado a la reconstrucción de objetos que se empleaban en ese recinto sagrado para el judaísmo.
“Ha sido producido tal y como se hacía hace dos milenios, explicó el rabino Haim Richman.
Prensando 150 kilogramos de olivas han obtenido 4 litros y medio de aceite. Y actualmente es expuesto en la sede del instituto en la ciudad vieja de Jerusalén con motivo del séptimo día de la fiesta de Hanuka.
Tal era el esmero que se ponía en la pureza del aceite que el instituto ha considerado también necesario prensar las olivas sin intervención de ningún elemento metálico, basándose en otro principio religioso milenario según el cual el metal fundido podría provenir de una espada manchada con la sangre de un muerto, lo que sería impuro.
Por esa misma razón, las vasijas en las que ha sido almacenado el aceite son únicamente de cerámica.
Richman afirma que este año su instituto ha querido acercar un poco más a la población a una fiesta estrechamente ligada a las estrictas prácticas de purificación que se aplicaban hace 2.000 años al entrar en el templo.
«Las leyes de purificación son muy conocidas a nivel familiar, todo el mundo conoce lo que es un ‘mikve’ (baño ritual), pero las que eran aplicadas en el templo no lo son», sostiene.
Por ello, desde hace tres décadas están abocados a la fabricación de los utensilios que se usaban en el templo y la fabricación de los ropajes que vestían los grandes rabinos, por ejemplo, hace unos años fue necesario encontrar un gusano especial en Turquía para extraer de él el color celeste, y toda la liturgia del trabajo sagrado que se hacía en el santuario.
Fuente: Radio Jai