Triste, muy triste la mañana de hoy en Israel. Un país que suele levantarse como un león, hoy se ha despertado desolado ante el fallecimiento del último de los fundadores del Estado de Israel.
Israel se levantó huérfano. Huérfano de padres fundadores. Shimon Peres fue uno de ellos. Vio nacer a Israel y lo hizo crecer, prosperar y ser lo que es hoy en día. Si Israel es un país que ilumina al mundo, una gran parte de esa luz se la debemos a Shimon Peres. Solo basta leer todos los periódicos nacionales e internacionales para ver su intachable trayectoria.
Hoy ya no está con nosotros este gran hombre de paz. Para conocer a Peres a partir de hoy tendremos que hacer memoria, leer libros, aprender su legado. Se estudiará su vida en las escuelas. Pero ya no estará él para hacer lo que hizo desde el primer minuto hasta el último de su vida: Defender la paz y la prosperidad del Pueblo de Israel, de su gente. Ahora nos toca a nosotros, a cada uno de nosotros, tratar de aprender un poco y de poner en práctica el legado que él nos deja. Ese regalo lo hemos disfrutado durante 93 años. Ahora toca recoger sus frutos y hacerlos florecer, tal como él lo hizo.
Sus sueños por la paz no se fueron con él. Trabajó duro para penetrar bien ese mensaje en la sociedad israelí. Durante su hospitalización toda la sociedad, de todos los ámbitos de la vida, rezaron por su recuperación, pero era evidente que el milagro era difícil. Por ello, muchos comenzaron a rezar por nosotros; por el día después de una sociedad sin padres fundadores. Por una sociedad joven que tiene ahora la responsabilidad de continuar su legado. Por una sociedad joven y viva que, precisamente en los momentos más difíciles como los que vivimos hoy, cuando todo parece perdido, saca a la luz lo mejor de ella, la luz de Shimon Peres.
Este encargo de seguir su legado nos lo pidió el mismo Peres unos días antes de Rosh Hashana, hace tan solo 3 años.
«En esta aspiración (de paz), el compromiso de la generación joven es esencial y, esperamos que, cada joven, se una a nosotros en esa travesía hacia un futuro mejor. Juntos, continuaremos esforzándonos por un mundo mejor – Tikun Olam- y por un Israel en el que los valores morales continúen siendo fundamentales para nuestro modo de vida».
Dentro de escasos días comienza Rosh Hashana, el Año Nuevo judío, y que mejor manera que desearnos que el próximo año que entra, el 5777, sigamos los pasos de nuestro maestro, nuestro Presidente, nuestro fundador, Shimon Peres.
Y que lo empecemos a hacer desde el día 1.
Su celebre respuesta a la pregunta que la revista Time le hizo nos pide que lo hagamos desde mañana mismo:
«Usted ha estado en la vida pública cerca de 70 años -desde que se mudó a Israel. Cuando uno mira hacia atrás en estos 70 años de vida pública, como uno de los fundadores del Estado de Israel, como arquitecto de los Acuerdos de Oslo, ¿de qué se siente más orgulloso?»
Peres respondió con su mejor filosofía de vida:
«De las cosas que debo hacer mañana».
Así lo dijo, así lo hizo, así vivía.
Su servicio acabó a altas horas de la madrugada del día de ayer. Desde mañana comencemos a sentirnos orgullosos de poder convertirnos en la generación que no renuncia a trabajar ni a perseguir sus metas.
Que en paz descanse
Ja