El Director Ejecutivo de United with Israel, David Zeit analiza la fortaleza de los hijos de Israel, sobre la base de la unidad y la compasión.
Querida familia de United with Israel:
Siempre pensé que mi primera comunicación con nuestros queridos amigos de United with Israel iba a relatar mi emoción, mi agradecimiento y mi visión para el futuro.Mi emoción no se ha alterado, pero ahora no es el momento para hablar de esto. Al igual que el resto del mundo, desde hace ya varias semanas hasta el día de hoy debemos hablar de nuestros queridos niños – Gilad Sha’ar, Eyal Yifrach y Naftali Frankel – y del constante bombardeo de cohetes que Israel viene sufriendo desde hace una semana.
La reacción judía al trágico secuestro de nuestros tres chicos inocentes fue el de la oración, las buenas obras, la hospitalidad, la auto-reflexión y la mejora – todo por el bien de su retorno seguro y rápido. Vigilias se celebraron en masa por todo el país. No importaba a qué grupo uno pertenecía – Religioso Sionista, ultra-ortodoxos, seculares o tradicionalistas – todos somos judíos y tres de nuestros hijos estaban en peligro. Nuestro tiempo extra fue dedicado a la oración y al estudio de la Torá. Muchos judíos seculares que no había cogido un libro de oraciones en años se pusieron los tefilín (filacterias) en honor de los chicos.
‘Os buscamos y nos encontramos’
La nación judía, o mejor dicho la familia judía, realizó un viaje para el auto-descubrimiento. La cantidad de tiempo que transcurrió desde el inicio hasta el final trágico de la búsqueda ascendió a 18 días. El valor numérico de 18 en letras hebreas explica la palabra «Vida». Durante 18 días esperábamos vida. Oramos por la vida. Celebramos la vida. Valoramos nuestras propias vidas y las vidas de nuestras familias. Nuestras vidas cambiaron. Como muchos han dicho al hablar a las almas de Gilad, Eyal y Naftali: «Os buscamos y nos encontramos».
Las familias Frankel, Shaar y Yifrach son símbolos de vida, valor, integridad y humildad. Sus momentos de debilidad fueron manifestados como momentos de fuerza.
Durante los últimos de búsqueda, mi ciudad natal de Efrat acogió a varios cientos de soldados de varios batallones de las FDI. Nuestros edificios municipales se convirtieron en cuarteles del ejército en miniatura. Nuestros residentes se transformaron en profesionales de la hostelería. Comidas durante todo el día, servicio de lavandería, regalos y helados fueron donados, todo pagado por nosotros. La mayoría de estos soldados no habían estado en casa en semanas, pero de acuerdo a sus cartas de agradecimiento no les importaba, no sólo porque era su deber estar en Efrat, sino también porque en Efrat se sentían como en casa.
El ejército israelí estaba allí para aliviarnos
Cuando la noticia que nunca esperábamos escuchar, y que tanto rezamos para que no ocurriera, se hizo oficial, vivimos uno de esos momentos que todo el pueblo judío siempre recordará. Prácticamente todas las ciudades de Israel rindieron honores de forma improvisada para elevar las almas de nuestros hijos perdidos. En Efrat, nos reunimos, oramos, cantamos y lloramos mares de lágrimas. ¿Quién estaba allí para consolarnos? ¿Quién estaba allí para pasarnos un vaso de agua? ¡Nuestros soldados! Los mismos soldados que habíamos alojado días atrás. Recompensaron nuestra buena obra con otra buena obra. Nosotros, el pueblo judío, siempre logramos encontrar la manera de elevarnos a nosotros mismos y recuperarnos de tantos golpes.
«¿Quién es como tu nación, Israel?»
El día antes de la trágica noticia, el personal UWI visitó a la familia Frankel para ofrecerles apoyo y solidaridad. También tratamos de darles palabras de aliento. Si había algún aspecto positivo de esta tragedia, era ver cómo el esfuerzo de traer de vuelta a nuestros tres hijos estaba uniendo al pueblo judío.
Pero ¿cuál era el aspecto positivo una vez que nos enterarnos de que los muchachos habían sido asesinados?
De acuerdo con una enseñanza talmúdica: «Aquellos que comparten el dolor y la angustia de Israel recibirán el mérito de ver su consuelo». Durante tres semanas no había un miembro del pueblo judío que no compartió el dolor de las familias. Por ende, debido a que toda la familia judía compartió el mismo dolor, compartió la misma angustia y compartió las mismas lágrimas, también vamos a compartir el mismo consuelo.
El Pueblo de Israel está unido
El Pueblo de Israel, ahora bajo el fuego de Hamas y otros grupos terroristas en Gaza, está unido en apoyo de la misión de la IDF en Gaza. Las palabras esperanzadoras de nuestros sabios talmúdicos harán que el consuelo llegue pronto, para seguir siendo una familia, cuya única meta es tratar de avanzar. Si lo hacemos, seguramente mereceremos ser testigos del consuelo. Que venga pronto en nuestros días.
Con los mejores deseos,
David E. Zeit
Director Ejecutivo, United with Israel