Más recientemente, se reveló que Yasser Murtaja, un presunto periodista asesinado en abril en la frontera con Israel, era un oficial de inteligencia de Hamas que  iba a convertirse en contratista del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).

La policía volvió a enviar por todos los medios de comunicación insistentes mensajes a la población para que no se acerquen ni toquen globos o cometas sospechosos que puedan encontrar y simplemente den aviso a la policía.

Ayer por la mañana, a las 7:30 un terrorista palestino asesinó a dos israelíes en una fábrica en Barkan. El terrorista y su familia no deben ser recompensados por la Autoridad Palestina por este acto deplorable.

Casi todos están activos en al menos una red social y actualizan su perfil personal de vez en cuando. Los soldados de las FDI no están excluidos de este fenómeno de intercambio de información, lo que hace que sus redes sociales sean susceptibles a las organizaciones terroristas interesadas en extraer información sensible sobre las FDI.

Solo con escuchar a los líderes de Hezbollah, Hamas, ISIS o Al Qaeda basta para tener la certeza de que todas las organizaciones son terroristas, lo único que los diferencia es el nombre de cada una de ellas.

El Hamas continúa convocando a manifestaciones violentas en la frontera con Israel. Una cosa tiene que quedar clara: Israel seguirá defendiendo a sus fronteras y sus ciudadanos, como lo haría cualquier otro país.

Los números hablan por sí mismo: De los dos millones de residentes en la Franja de Gaza, solo acudieron a la protesta 30.000 personas. Violentas en su mayoría. Muy violentas en su minoría.  No habrá retorno, escasos participantes y pocos muertos para su gusto.