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Según los investigadores: “Hasta hace poco, las tormentas eléctricas como fenómeno eran extremadamente raras en la region ártica del Polo Norte, debido al intenso frío. No obstante, debido al calentamiento de la Tierra y las regiones polares, las tormentas eléctricas han comenzado recientemente a aparecer allí en los meses de verano, y estas tormentas además aceleran el proceso de fusión de las capas de hielo en un ciclo de retroalimentación”.

Fuente: Comunicado de la portavoz de la Universidad de Tel Aviv

Un nuevo estudio internacional con la participación de investigadores de la Universidad de Tel Aviv descubrió que junto con el calentamiento general del planeta, las tormentas eléctricas han estado acelerando directamente el proceso en curso de repliegue del hielo marino que cubre el Océano Ártico. Según los investigadores: “Hasta hace poco, las tormentas eléctricas como fenómeno eran extremadamente raras en la region ártica del Polo Norte, debido al intenso frío. No obstante, debido al calentamiento de la Tierra y las regiones polares, las tormentas eléctricas han comenzado recientemente a aparecer allí en los meses de verano, y estas tormentas además aceleran el proceso de fusión de las capas de hielo en un ciclo de retroalimentación”.

El Prof. Colin Price y la estudiante de Maestría Tair Plotnik del Departamento de Geofísica de la Escuela Porter de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, de la Universidad de Tel Aviv, participó en el estudio, junto al Dr. Anirban Guha y el Dr. Joydeb Saha de la Universidad de Tripura, India. El artículo fue publicado en la revista Atmospheric Research.

El Prof. Price explica: “La región ártica es definida como la región situada al norte de la latitud 66.5°. En el corazón de esta región, alrededor del Polo Norte, no hay tierra, y debido a las condiciones de frío extremo, el mar está cubierto por una gruesa capa de hielo marino, que actualmente se extiende por unos 8 millones de kilómetros cuadrados. El hielo blanco refleja los rayos del sol, y de ese modo, contribuye al enfriamiento de la Tierra, pero en las últimas décadas, con el calentamiento de la Tierra, la cobertura de hielo se ha replegado a un índice de 70.000 kilómetros cuadrados por año, o un 6,5% por década. (En este contexto resulta importante señalar que la temperatura en el Polo Norte ha aumentado a un ritmo acelerado-alrededor de 4° hasta la fecha, en contraste con aproximadamente 1° en la Tierra en su conjunto). El repliegue del hielo aumenta incluso más el calentamiento, porque las zonas oscuras del océano debajo del hielo, que se convierten cada vez en más grandes, absorben los rayos del sol que normalmente se reflejarían de regreso al espacio. De este modo se crea un ciclo de retroalimentación: el repliegue del hielo aumenta el calentamiento, lo que a su vez incrementa la fusión del hielo, y el ciclo se repite”.

Según los investigadores, el fenómeno de fusión de las capas de hielo en ambos polos es en principio atribuido al resultado de la actividad humana, debido al aumento en la carga de gases de efecto invernadero en la atmósfera, creando una especie de “manta” que conserva el calor y no permite que el mismo se disperse en el espacio. Sin embargo, los estudios no han hallado un nexo directo entre los cambios de gases de efecto invernadero, que aumenta a un ritmo más o menos constante cada año, y el ritmo de fusión de hielo, que varia significativamente de un año a otro. Este estudio procuró examinar los posibles efectos de otro factor-las tormentas eléctricas- en la fusión del hielo marino en la región Ártica.

Los investigadores explican que los rayos, como un fenómeno, eran hasta hace poco, extremadamente raros en la región Ártica, debido al intenso frío que allí predomina. Pero en las últimas décadas, aparentemente debido al calentamiento global, las tormentas eléctricas han sido observadas allí en la temporada del verano, cuando el sol no se pone en absoluto, calentando la superficie (las tormentas eléctricas se forman cuando la superficie del suelo se calienta, y las burbujas de aire se elevan en la atmósfera, donde se enfrían, se condensan y se convierten en nubes que a veces se transforman en tormentas eléctricas).

A fin de probar su hipótesis, de que las tormentas eléctricas contribuyen a la fusión del hielo alrededor del Polo Norte, los investigadores compararon dos conjuntos de datos: imágenes de los satélites de la NASA que han estado documentando el repliegue del hielo en el Mar Ártico durante más de 40 años, y los datos de rayos recabados por la red global WWLLN (wwlln.net)-que incluye alrededor de 70 estaciones de detección de rayos, desplegadas en institutos de investigación de todo el mundo-una de las cuales se encuentra en el techo del edificio de la Facultad de Ciencia Exactas de la Universidad de Tel Aviv. El Prof. Price explica: “Los rayos son el resultado de un campo eléctrico masivo que es descargado de inmediato y transmite ondas de radio que pueden ser recibidas incluso a miles de kilómetros del rayo. Los sensores de la red global detectan y mapean tormentas eléctricas en todo lugar del planeta, en tiempo real y sin parar. El hecho de cotejar la información de las diversas estaciones permite una determinación precisa de la locación y el tiempo de cada impacto de rayo detectado, y de ese modo se obtiene un mapa global de rayos a lo largo del tiempo. Para el propósito de este estudio, hemos recabado datos sobre rayos en la región Ártica durante los meses de verano de junio, julio y agosto, de cada año, desde el 2010”.

Un análisis estadístico del repliegue de la capa de hielo cruzado con el número de tormentas eléctricas ha revelado una correlación: a medida que aumentaba el número de tormentas en un determinado año, pues la fusión del hielo marino se incrementaba en ese año. Los investigadores explican esto comparando las tormentas eléctricas con una aspiradora gigante, succionando vapor de agua desde la capa superficial hasta la atmósfera superior (5-10 km de altitud), donde se acumula y actúa como una manta adicional, atrapando el calor de la superficie para que no se vaya, y aumentando la temperatura de la superficie-al igual que los gases de efecto invernadero artificiales. Otra posibilidad, observada en un estudio anterior, es que estas tormentas eléctricas conduzcan a un aumento en la formación de altos cirros en las capas superiores de la atmósfera-las que también forman una “manta” similar.

El Prof. Price concluye diciendo: “En nuestra investigación, descubrimos una clara relación estadística entre el número de tormentas eléctricas en la region Ártica en un año determinado y el ritmo del deshielo marino en ese año. Esto significa que las tormentas son otro factor que aumenta el deshielo polar, produciendo un ciclo de retroalimentación: el derretimiento inical de hielo aumenta las zonas de superficie oscura del mar que absorben más los rayos del sol, calentando las aguas, provocando más deshielo, acelerando el ritmo de calentamiento, lo cual a su vez aumenta la cantidad de tormentas eléctricas, y el ciclo se repite. Como resultado de esto, y del calentamiento de la Tierra en general, esperamos que la frecuencia de las tormentas eléctricas en la region Ártica aumente en los próximos años, y con ello se acelere el ritmo del repliegue del hielo en el Mar Ártico”.