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Un nuevo tratamiento israelí con calor destruye tumores avanzados

Cancer Cells

(Shutterstock)

La compañía de nanotecnología New Phase busca transformar el mal mortal en etapa terminal en una enfermedad crónica con monitoreo cada pocos meses.

Por Brian Blum,  ISRAEL21c

Uno de los momentos más desgarradores de la medicina y de la vida ocurre cuando un médico le informa a un paciente que el cáncer en etapa 4 que padece hizo metástasis en todo el cuerpo y que no puede hacer nada más que hacer una derivación a algún centro de cuidados paliativos.

Pero, ¿y si existiese una forma de reducir esos tumores a la mitad? Esto no lograría hacer desaparecer al cáncer pero lo transformaría de una posible sentencia de muerte a una enfermedad crónica con tratamientos requeridos cada ciertos meses.

Eso es justamente lo que la compañía New Phase de Petaj Tikva.

Su idea es utilizar la aplicación de hipertermia electromagnética para tratar tumores inoperables.

Pero, ¿qué es la hipertermia? Es el proceso que ocurre cuando el cuerpo se calienta.

Desde hace algún tiempo se sabe que a las células cancerosas no les gusta el calor y que se mueren cuando la temperatura alcanza los 45 grados.

Por otro lado, las células no cancerosas pueden sobrevivir a temperaturas de hasta 55°.

Esto se debe a que las células tumorales tienen una estructura vascular desorganizada que, a diferencia de las normales, tiene altas dificultades para disipar el calor.

En ese sentido, el tratamiento de New Phase inyecta de forma intravenosa nanopartículas de óxido de hierro.
Estas van incrustadas dentro de un material de cambio de fase (que libera o absorbe energía para dar calor o frío) y están recubiertas con polietilenglicol, un compuesto derivado del petróleo.

Ofer Shalev, quien cofundó New Phase con el doctor Rafi Hof, indicó que las nanopartículas localizan los tumores a través de un proceso conocido como “permeabilidad y retención mejoradas” (EPR)

“Las células tumorales se alimentan de capilares sanguíneos donde se producen muchas fugas. Nosotros usamos eso para filtrarnos en ellas. De eso se trata la permeabilidad de la EPR”, le dice Shalev a ISRAEL21c. “”.

Una destrucción selectiva

Unas cuatro horas después de recibir la inyección de nanopartículas, el paciente se debe recostar una cama dentro de una máquina de radiofrecuencia que usa un sistema de inducción electromagnética para generar radiación no ionizante.

Esta radiación calienta las nanopartículas a un máximo de 50 grados ya que les cambia la polaridad de su núcleo de óxido de hierro.

Los pacientes que se someten al tratamiento de New Phase usan una manta especial para refrescarse.

El cáncer metastásico en fase 4 es especialmente traicionero porque muchas de las micrometástasis no pueden identificarse ni siquiera con el uso de un microscopio, lo que vuelve imposible extirpar ese tipo de tumores mediante una cirugía.

Pero las nanopartículas de New Phase pueden hallarlas.

Incluso todos los tumores no son destruidos, el tratamiento convierte a un cáncer de fase 4 en algo más similar a la fase 2, etapa en la que hay muchas más opciones disponibles de tratamiento.

“Incluso reducir una masa cancerosa entre un 30 y un 50 por ciento es un gran logro”, expresó Shalev.

Si algunas nanopartículas llegan a estar en contacto con las células sanas, estas células pueden sobrevivir por lo que el proceso es selectivo.

Cuando no hay nada más que ofrecer

¿Es posible aplicar la tecnología de New Phase para etapas más tempranas del cáncer?

“Podemos pero queríamos empezar con los cánceres en fase 4 donde ya no queda más nada qué ofrecer. En Israel, unos 11.000 pacientes mueren cada año de esa enfermedad y en EEUU son más de 600.000, y el número aumenta en 5.000 personas cada 365 días. Así, incluso tratar solo con ese subconjunto de pacientes es mucho trabajo”, señaló Shalev.

El emprendedor y su socio trabajaron juntos en ReDent-Nova, una empresa desarrolladora de dispositivos e instrumentos dentales para tratar los conductos radiculares.

Ambos decidieron llamaron Sarah a la tecnología de New Phase en honor a la madre de Hof, que falleció de cáncer de pulmón.

Shalev contó que la idea de la compañía es que los pacientes sobrevivan (hasta una edad madura) y perezcan por razones distintas al cáncer.

Hasta hoy, el tratamiento se probó con ratones, cerdos y conejos y con “algunos pacientes humanos” en un hospital en Nahariya, en el norte de Israel.

Los estudios clínicos de fase 1 comenzaron con una dosis bien baja.

“Con cada cohorte agregaremos más y más dosis”, dijo Shalev, que expresó que los resultados de eficacia aún no están disponibles pero que por resonancias magnéticas saben que las nanopartículas cumplieron sus objetivos.

Un enfoque sistémico

Las nanopartículas son desarrolladas por New Phase en una sala estéril en Karmiel, en el norte de Israel.
El laboratorio está dirigido por tres químicas drusas de un pueblo cercano.

Shalev reconoció que New Phase no es la única empresa que utiliza la hipertermia para eliminar las células cancerosas pero sí que es la única que la usa para el tratamiento sistémico.

“Otros inyectan nanopartículas en un tumor específico para tratarlo de forma local. No nos interesa dónde se encuentren las micrometástasis porque estén donde estén retendrán nuestras nanopartículas y, más tarde, serán destruidas por la hipertermia”, definió el empresario.

Alpha Tau, otra startup de Israel, usa la radiación alfa para eliminar tumores. Este enfoque también es muy local y se dirige a cánceres específicos.

De acuerdo con Shalev, el tratamiento con nanopartículas de New Phase no estará disponible hasta fines de 2024 o principios de 2025 ya que ese es el tiempo que lleva realizar todos los estudios clínicos.

De todos modos, la buena noticia es que el proceso de aprobación será rápido porque la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) acordó clasificar el tratamiento de New Phase como un dispositivo médico de clase 3.

Equipo multicultural

El consejo asesor científico de New Phase incluye al profesor Dan Peer, director del laboratorio de nanomedicina de precisión de la Universidad de Tel Aviv; al doctor Glenwood Goss, presidente del Comité del Sitio de Oncología Torácica y profesor de medicina en la Universidad de Ottawa; y al doctor Arnold Cyjon, exdirector adjunto de oncología del Centro Médico Shamir en Israel.

A fines del año pasado, New Phase sumó al profesor Zeev Rotstein, ex titular de los Centros Médicos Hadassah y Sheba de Jerusalén y Tel Aviv, respectivamente.
Rotstein es asesor activo y, según Shalev, tiene buenas relaciones con los hospitales de estadounidenses.

Creada en 2013, New Phase emplea a un equipo multidisciplinario de 30 ingenieros, biólogos y químicos.

Shalev se enorgullece de que la empresa sea una combinación exacta de hombres y mujeres. Y de que el hecho de “nacer” en la incubadora de NextGen Technologies en Nazaret también significó que New Phase emplease tanto a judíos como a árabes israelíes.

Para finalizar, Shalev afirmó que la tecnología de New Phase “alcanzará a los pacientes que padecen tumores sólidos con sus contrapartes de cáncer de la sangre, donde la inmunoterapia ya transformó a muchas afecciones como el linfoma en ‘cánceres crónicos’”.

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