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La situación en Jerusalem preocupa y mucho al liderazgo israelí. Los violentos árabes vuelven a las calles a hacer lo que mejor saben: disturbios.

Llevamos una semana de alta tensión en Israel, con Jerusalem triste protagonista. Un grupo de violentos árabes israelíes utilizan la tensión para proclamar sus mitos de siempre, que Al Aqsa (Monte del Templo) está en peligro.

Netanyahu ha mandado un mensaje contundente: «Solo bajo la soberanía israelí ha sido garantizada la libertad de culto de forma plena y consistente (en Jerusalem) para todas las religiones. Y así seguiremos haciéndolo».