Itongadol/AJN.- Cuando termine Shabat, los judíos de todo el mundo tendrán la oportunidad de concientizarse acerca de la importancia de la segunda oportunidad.
Será Pésaj Sheiní, el “Segundo Pésaj”, que tiene lugar el 14 de íar, según el calendario hebreo, y ya está contemplado en la Torá, en los remotos tiempos de la salida de los Hijos de Israel de la esclavitud en Egipto.
Si bien se trata de una mitzvá (precepto) establecida en los tiempos bíblicos, no es demasiado conocida fuera de los ambientes ortodoxos.
Pésaj Sheini se originó en el desierto, cuando varias personas que estaban impuras por haber tenido contacto con un cadáver se quejaron a Moisés porque, debido a esa condición, no podían ofrecer su sacrificio pascual.
Entonces, D’s lo instruyó para que les diese una segunda oportunidad, tal como lo relata el versículo: “Si un hombre estuviese impuro debido a un cuerpo muerto, o ha estado de viaje, para ti y las generaciones que te seguirán deberás realizar el sacrificio pascual para D’s; en el segundo mes, el día 14 en la noche lo harán”.
Esta mitzvá siguió cumpliéndose hasta la destrucción del Beit Hamikdash (Templo de Jerusalem) e incluía el consumo de matzá (pan ácimo) y maror (hierbas amargas), característicos de Pésaj.
Con la desaparición de los Templos quedaron sin efecto los sacrificios, así que en la actualidad, Pésaj Sheiní, que no es considerado un día festivo (Iom Tov), ni de media fiesta (Jol Hamoed), se celebra comiendo matzá -preferentemente alguna que sobró de Pésaj, y si es Shmurá (especialmente cuidada), mejor- y omitiendo la plegaria Tajanún en las oraciones.
El concepto central de Pésaj Sheiní es que nunca es demasiado tarde, ni está todo perdido, sino que siempre se pueden corregir las acciones pasadas si la intención es sincera.
Fuente: Itón Gadol