Como explicamos la semana pasada, Tsedaqá, asistir económicamente a quien lo necesita, es una Mitsvá muy importante, cuyos detalles requieren ser examinados con atención. Hay varios temas que debemos aprender.
¿Cuánto debemos ayudar a quien lo necesita? ¿De qué forma lo podemos ayudar? ¿Quién tiene prioridad? etc. Comencemos por este último punto. ¿A quién debemos ayudar primero?
ענייך Los sabios fueron muy claros es en este aspecto y dijeron algo que se parece a la expresión en castellano: «La caridad bien entendida empieza por casa». De acuerdo a los Jajamim nuestra primera prioridad debe ser ayudar a nuestros familiares. En primer lugar, «los que viven en nuestra casa» es decir, familiares directos con los cual vivimos (o hemos vivido) en la misma casa. Nuestros hijos, hermanos, hermanas y naturalmente nuestros padres. Muchas veces esta asistencia tiene lugar cuando asistimos a nuestros hijos adolescentes o mayores financiando sus estudios o gastos, o cuando compramos cosas para nuestros padres, o pagamos sus cuentas, o los ayudamos discretamente de cualquier otra manera. Si en teoría tuviéramos que ayudar a todos nuestros parientes cercanos, nuestros padres mayores tienen prioridad, luego los hijos, luego los hermanos. Y luego deberíamos asistir a nuestros familiares menos cercanos, como primos, tíos, etc.
עניי עירך La segunda prioridad después de la familia es la de los pobres de mi ciudad, la gente de mi barrio y de mi comunidad que necesita ayuda. Si tengo que elegir entre asistir a los pobres de mi ciudad y a los pobres de otra ciudad, los de mi ciudad tendrán preferencia. Aquí hay una noble excepción: «los pobres de la tierra de Israel». Siendo que la Mitsvá de Yishub Erets Israel (establecerse y vivir en israel) es tan importante, los Sabios indicaron que en este caso hay un doble mérito: 1. ayudar a una persona pobre y 2. Apoyar a la población judía a establecerse en Israel, lo cual es inmensamente meritorio.
פדיון שבויים Hay una Mitsva que tiene prioridad sobre cualquier otro tipo de asistencia económica. Esta Mitsvá se llama en hebreo «Pidiyón Shebuyim», es decir, «rescatar a un Yehudí del cautiverio». Esto era lamentablemente muy común en el pasado. Un ejemplo, cuando en 1492 los Yehudim fueron expulsados de España , muchos tomaron el primer barco que encontraron. Esos barcos a veces eran atacados por piratas, que secuestraban a los pasajeros y los vendían como esclavos. A veces, la misma tripulación se abusaba de los desprotegidos pasajeros, que una vez que abordaban el barco estaban a la merced de su capitán, que privaba a sus pasajeros de su libertad y también los ofrecían como esclavos. Este tipo de tráfico humano ocurrió con miles de Yehudim en esa época. Lo mismo se podría aplicar en nuestros días respecto a alguien que es víctima de un secuestro extorsivo.
Por: Rabino Yosef Bitton, colaborador de Unidos con Israel