Como parte de una iniciativa para ampliar Yavne, se descubrió recientemente un espectacular anillo de oro, de 5,11 kilogramos, con una piedra púrpura incrustada. Esto fue parte de una enorme excavación realizada por la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI).
Fuente: Aurora
Un examen del objeto encontrado por el doctor Yotam Asher en el laboratorio de análisis de la AAI demostró que la piedra está compuesta en su mayor parte por sílice. Este es un material del que están compuestas muchas piedras preciosas. A su vez, el estudio descartó la posibilidad de que la incrustación púrpura sea simplemente de vidrio.
Experto en joyería antigua de la Autoridad de Antigüedades de Israel, Amir Golani dijo que «la persona que poseía el anillo era adinerada, y el uso de la joya indicaba su estatus y riqueza. Este tipo de anillos los podían llevar tanto hombres como mujeres».
Y se explayó: «Una piedra semipreciosa, llamada amatista, estaba colocada en el anillo. La amatista se menciona en la Biblia como una de las 12 piedras preciosas que llevaba el sumo sacerdote del Templo en su pectoral ceremonial. Se han atribuido muchas virtudes a esta gema, entre ellas la de prevenir el efecto secundario de la bebida, la resaca».
Por su parte, el director de la excavación en nombre de la AAI, Elie Haddad añadió: «El anillo se encontró a sólo 150 metros de los restos de un largo almacén, que se utilizaba para guardar las tinajas de vino. Algunas de las tinajas se encontraron con la boca hacia abajo. Es posible que se tratara de un almacén lleno de tinajas vacías antes de llevarlas a los lagares, para llenarlas de vino».
Por otro lado, los investigadores ahora debaten la fecha del anillo. Se encontró en un relleno fechado a finales del periodo bizantino y principios del periodo islámico temprano, el siglo VII de nuestra era. Pero es posible que el anillo, debido a su belleza y prestigio, se transmitiera de generación en generación a lo largo de los siglos.
Según Eli Eskozido, director de la AAI, «los pequeños hallazgos cotidianos que se descubren en nuestras excavaciones nos cuentan historias humanas y nos conectan directamente con el pasado. Es emocionante imaginar que el hombre o la mujer a la que pertenecía el anillo caminaba aquí mismo. Una realidad diferente a la que conocemos en la actual ciudad de Yavne».