(Yaakov Naumi/Flash90)

בֶּן אָדָם מַה לְּךָ נִרְדָּם

Estamos a escasa horas de Yom Kippur, el día totalmente consagrado a hacer Teshuba, arrepentirnos, pedir perdón, confesar nuestras faltas y tomar la decisión de actuar mejor con Dios y con nuestros semejantes.

Yom Kipur es un día tan importante que no podemos llegar a él sin preparación.

Entre los judíos Ashkenazim, la Teshubá de Elul se expresa a través de escuchar el sonido del Shofar, al final de la oración de la mañana (Shajarit). Entre los judíos Sefaradim comenzando el 2 de Elul –hoy–recitamos las oraciones conocidas como Selijot antes de la Tefilá, oración, de la mañana. Esto significa que desde hoy hasta Yom Kippur, nos despertamos una hora antes de lo habitual. Tendremos una hora menos de sueño, que estará dedicada a asimilar el mensaje de esta importante Tefilá.

El centro de las Selijot es el viduy o confesión, y la recitación de los 13 Atributos del Divino Perdón o Middot.

En las Selijot también encontramos piyutim, o poemas religiosos, que nos inspiran a arrepentirnos y regresar a HaShem. El primer poema que recitamos en la mañana comienza con las palabras: ben adam ma leja nirdam, «Hijo del hombre, ¿por qué sigues dormido? Despierta, ora y ruega a tu Dios».

Estas palabras, en hebreo, בֶּן אָד מַה לְּךָ ָּםרְדָּם «¿Por qué estás durmiendo?» Se encuentran en el libro de Yoná 1: 6. El capitán del barco que estaba a punto de hundirse por la feroz tormenta increpa a Yona. El profeta estaba durmiendo e ignorando deliberadamente los peligros a su alrededor. Yoná estaba en un estado psicológico de «negación» (denial), deliberadamente tratando de ignorar la realidad frente a él. En este caso, la posibilidad de su propia muerte.

Estas palabras, «¿Por qué estás durmiendo?» Fueron elegidas por nuestros rabinos para iniciar el Selijot a fin de advertirnos sobre el riesgo de la negación o el escapismo. Muchas veces, nosotros también elegimos ignorar la realidad de nuestra mortalidad y la finitud (finalidad) de nuestra existencia en lugar de enfrentarla. La primera llamada de las Selijot es la llamada a despertar. No solo para recordarnos que durante el mes de Elul sacrificaremos una hora de sueño. Estas palabras, principalmente, nos invitan a tratar de identificar si nuestras conciencias están despiertas o dormidas. Ahora bien, ¿cómo podemos darnos cuenta de que nuestras conciencias no están despiertas? Por la ausencia de pensamientos profundos. Si NO pensamos en Dios, y en lo que Él espera de nosotros; o en por qué estamos aquí; o en qué dirección está progresando nuestra vida; o cuáles son nuestros valores, nuestras prioridades, etc. entonces podemos decir que nuestras conciencias «están dormidas». Y el despertar espiritual consiste en refrescar estas preguntas en nuestra mente.

Estamos «despiertos» cuando la búsqueda de estas respuestas se convierte en el objetivo principal de nuestra existencia.

Por: Rabino Yosef Bitton