PASUQ 1: Al director, Salmo para David.
De acuerdo a varios comentaristas, entre ellos Eben Ezra y Radaq, este Salmo de Tehilim no fue escrito «por» el rey David, sino «para» el rey David. Y fue compuesto como una Tefilá, una oración, para pedirle a HaShem que proteja y le brinde la victoria al rey David y a su ejército, cuando éste se aprestaba a salir la guerra contra sus enemigos.
PASUQ 2: «Que el Eterno te responda en el día de tu angustia, que te proteja el Nombre del Dios de Ya’aqob.»
Este es la oración que el pueblo pide para su rey: «Si te encuentras en un momento de apremio y le rezas a HaShem por tu vida, que Él te responda.» Los comentaristas explican que sólo se menciona a Ya’aqob (Di-s de Ya’aqob) porque Ya’aqob fue quien más sufrió, y mras ayuda de HaShem recibio, de los tres patriarcas.
PASUQ 3: «Que HaShem envíe tu ayuda desde el santuario, que te sostenga desde Zion».
Según algunos comentaristas, este Salmo era dicho como una oración en el Miqdash, justo antes de salir a la guerra, y cuando el rey ofrecía sus sacrificios a HaShem. Este versículo dice lo siguiente: «Que tus plegarias, oh rey, se eleven hacia HaShem desde aquí su Santuario», ya que ese es el lugar oficial desde el cual las oraciones acceden al cielo. De aquí vemos la importancia fundamental que tiene el rezar en Yerushalayim, cerca el bet hamiqdash (o de sus ruinas, como el Kotel haMa’arabí). Por eso los Yehudim, dondequiera que estemos, cuando rezamos nos dirigimos hacia el lugar del Bet haMiqdash.
PASUQ 4: «Que recuerde HaShem todas tus ofrendas, y las cenizas de tus sacrificios.»
Desde Zion HaShem recibirá todas tus plegarias, aún las que proncunices en el campo de batalla. Y HaShem recordará todas las ofrendas que le ofreciste. Se refiere aquí a las ofrendas en momentos de paz, y prosperidad, cuando el Yehudí se acerca a HaShem no para pedirle sino principalmente para agradecerle. Este pasuq dice: que así como haShem recibió tus ofrendas cuando le agradeciste, que ahora escuche tu plegaria y te proteja.
PASUQ 5: «Que al responderte, HaShem te conceda todo lo que desea tu corazón, y que haga prosperar todos tus planes».
No olvidemos que David está a punto de salir a la guerra. El rey y sus ejercito tienen ya diseñados su planes y estrategias militares, pero saben que dependen totalmente de la ayuda de HaShem, para que sus planes prosperen y tengan éxito en el campo de batalla.
PASUQ 6: «Nos alegraremos con tu triunfo, y elevaremos un estandarte [de agradecimiento] a HaShem, cuando HaShem haya cumplido todos tu anhelos».
El pueblo y/o los Cohanim que recitan esta plegaria, siembran ahora el optimismo y la EMUNA (fe) en el corazón del rey y su ejército, visualizando el regreso victorioso del rey David y sus hombres. Y afirmando que cuando ese momento llegue, celebraremos tu triunfo agradeciendo a HaShem por Su salvación.
PASUQ 7: «Ahora se que Hashem salvo a su ungido [=Rey, es decir, David], que le respondió desde las alturas de Su santuario y que concedió el triunfo a través del poder de Su diestra».
Aquí comienza la Tefilá de agradecimiento a HaShem, que el pueblo recitará cuando David regrese victorioso del campo de batalla. La Tefilá consiste particularmente en la «atribución» de la victoria a HaShem, es decir, en el reconocimiento que fue HaShem Quién le concedieran rey a y a su ejército su triunfo.
PASUQ 8: «Unos [se podrán jactar] de sus carros [de combate] y otros, de sus caballos. Pero nosotros, mencionaremos el nombre de nuestro Dios».
Siguiendo la idea expresada en el pasuq anterior, este Salmo afirma que mientras los otros pueblos atribuyen su victoria al poder de sus armas, sus carros de guerra o sus poderosos caballos, el pueblo judío sabe, y declara, que la victoria no se gana por las armas ni por la fuerza. Es HaShem quien determina el resultado final de la batalla. Es Él Quien concede la victoria a los ejércitos.
PASUQ 9: «Ellos desfallecerán y caerán, nosotros [sin embargo] nos levantaremos con fortaleza»
Es esta EMUNA, nuestra creencia que es HaShem Quien concede la victoria, la que nos distingue de los demás pueblos de la tierra. LOs pueblos que no tienen a HaShem de su lado, caerán vencidos, pero nosotros triunfaremos, ya que HaShem estará con Su pueblo, cuando el pueblo de Israel tiene presente a HaShem, en sus oraciones y en sus acciones, en el campo de batalla.
PASUQ 10: «HaShem sálvanos, que El Rey [en este caso se refiere a HaShem] nos responda cuando lo llamemos» .
Llegamos al último versículo de este hermoso Salmo. A diferencia de todos los demás versículos que eran una oración dedicada a David, este pasuq se dirige directamente a haShem, en segunda persona de singular. Es posible, dicen algunos comentarios, que este último PASUQ sea el clamor de guerra final que todos los presentes, el pueblo y el ejército de Israel, decían en conjunto implorando la salvación de HaShem, justo antes de que el rey y el ejército, animados por esta arenga, partieran hacia la batalla.
Fuente: Rabino Yossef Biton