(Shutterstock)
Abraham

La Porción de la Torá de esta semana es Lech Lecha (Génesis 12: 1-17: 27). Esta lectura puede muy bien ser una de las más famosos lecturas de toda la Torá.

La razón por la que puede ser una de las más famosas es porque es la lectura donde Dios promete la tierra de Israel a Abraham y a sus descendientes. Como parte de esta promesa, Dios le dice a Abraham que él debe salir de su ciudad natal y dirigirse hacia el oeste para Israel.

Dios le dice que él no puede llegar a ser grande donde vivía, debido a la suciedad espiritual y a la inmoralidad que prevalecía allí. A Abraham también se le promete riqueza si se levanta y va a Israel. Y él obedece. Empaca sus maletas y se va.

Abraham llega a la Tierra de Israely se encuentra que hay mucha hambre en la tierra. No es exactamente lo que Abraham estaba pensando cuando decidió obedecer a la llamada de Dios. Como resultado de la hambruna, Abraham se vio obligado a hacer las maletas de nuevo hacia el sur de Egipto, donde sí había comida. ¿Qué pasó con la promesa?

En el camino a Egipto, Sarah es secuestrada debido a su belleza y se envía al Faraón para que él haga con ella lo que quisiera. El faraón envía Abraham de nuevo a la tierra de Israel «cargado de ganado, plata y oro». ¡Ahí está la promesa! Nuestros sabios nos enseñan que en su camino de regreso a Israel, Abraham se quedó en los mismos lugares que se había quedado en su camino a Egipto. Aprendemos de aquí que es bueno no cambiar uno de los alojamientos donde uno haya recibido previamente hospedaje.

¿Eh? ¿Por qué era importante para Abraham pasar por los mismos lugares? Una explicación es que, como se mencionó, a Abraham se le prometió que iba a ser rico si escuchaba a Dios y se trasladó a la tierra de Israel. Pero vemos que esto no iba a suceder, al menos no inmediatamente después de su llegada a la tierra. De hecho, ocurrió lo contrario. Hubo hambre en la tierra, y Abraham tuvo que salir tan rápido como había llegado.

Abraham estaba preocupado de que este desarrollo haría quedar mal a Dios, pareciendo un mentiroso. Como tal, Abraham quería mostrar a la gente que Dios cumplió sus promesas. Abraham regresaba con «el ganado, plata y oro». Así que la razón de Abraham de presentarse en los mismos lugares en en el camino de ida y de vuelta de Egipto fue para que las mismas personas que podrían haber dudado de Dios tras ver a un pobre Abraham, verían ahora las promesas de Dios cumplidas.

Estas son las «pruebas» que a veces tenemos que soportar. Puede ser que tome tiempo a veces, pero nunca debemos olvidar que Dios es siempre fiel a la hora de cumplir sus promesas. Durante esta ola de terror que estamos viviendo, recordemos la promesa de Dios a través de su profeta Jeremías: «‘Ellos lucharán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo, y yo te libraré, dice Dios».

Por: Rabino Ari Enkin