Toda persona que tiene aspiraciones en la vida necesita de dos recursos principales: la emuná en Hashem y la emuná en sí mismo. Lo primero es algo sabido y ya nos hemos referido en numerosas ocasiones al tema, pero lo segundo no está tan claro. Porque cuando uno no cree en sí mismo, no puede de ninguna manera ser feliz en la vida.
¿En qué consiste “creer en uno mismo”? He aquí siete parámetros básicos:
- Hashem me creó así como creó a todas las criaturas en este mundo, con una característica propia que nadie más comparte. Así como mis huellas digitales son únicas, yo también poseo un carácter único e irrepetible.
- Ese atributo o talento o capacidad que Hashem me dio e slo que me permitirá lograr mi propia y única misión en la tierra.
- Yo soy capaz de cumplir mi misión en este mundo.
- Hashem me ama, pues no tiene ningún otro-a hijo-a como yo.
- Soy una persona de valor.
- Tengo el poder de mejorarme a mí mismo.
- Puedo ser una persona feliz.
Si no estás contento con lo que te tocó en la vida, es probable que todavía no hayas tenido acceso a tus inmensos recursos y por eso todavía no has empezado a cumplir con tu propia y única misión. Si tienes el talento de descubrir una cura para el cáncer, no vas a ser feliz siendo el cajero de un supermercado. Si el Todopoderoso te concedió una mente ágil, estás desperdiciando tu potencial sentándote todo el día en el sillón a mirar televisión y comer pizza…
Imagínate si Ray Charles, o Stevie Wonder, ambos ciegos de nacimiento, hubieran soñado con ser pilotos de combate: habrían vivido una vida de completa frustración. Pero en lugar de eso, ellos desarrollaron su enorme talento musical, llevando alegría y goce a millones de personas.
Al fortalecer tu relación personal con el Creador y haciendo una hora de plegaria personal y auto-examen no sólo vas a lograr conocerte a fondo, sino que Hashem te va a ayudar a que te conozcas iluminándote el camino y ayudándote a encontrar tu propio sendero individual.
Por favor, deja de una vez de atormentarte a ti mismo y a ser tan crítico contigo mismo. Eso te trae abajo. Muchas veces la gente confunde el concepto de humildad con falta de auto-estima. Hashem no espera que pienses que no vales nada. La gente que piensa eso al final se lo cree. Eso es incorrecto. El soldado, por ejemplo, tiene que ser consciente de su propia capacidad para poder utilizar en forma eficaz sus armas y vencer al enemigo.
Tenemos que luchar contra la Mala Inclinación, que quiere descorazonarnos y que no seamos felices en la vida. Ella siempre busca quebrantar el corazón de la persona que está tratando de encontrar la espiritualidad. Tienes que pensar que eres como el soldado, que tiene que creer en sí mismo para poder tener éxito y triunfar.
Todos somos llamados hijos e hijas de Hashem, no a causa de nuestros atributos físicos sino en virtud de la neshamá, el alma que Él nos dio. El alma, esa pequeña chispa de Divinidad que tenemos dentro de nosotros mismos. De hecho, cada persona judía tiene dentro de sí misma un microchip que es infinitamente más poderoso que cualquier reactor nuclear. Este microchip espiritual, nuestra alma Divina, es la que nos posibilita trascender la naturaleza y realizar obras sobrehumanas. Por ejemplo, el tzadik que nunca habla mal de los demás posee un poder tremendo que literalmente puede cambiar el curso de la naturaleza. Es por eso que la gente busca la bendición de los tzadikim.
No importa de dónde vengas, siempre puedes alcanzar la grandeza si crees en ti mismo. Tienes que creer que Hashem escucha todas tus plegarias y que te ama y que está atento cuando haces tu hora de plegaria personal y que obtiene una enorme satisfacción de tus estudios de Torá (no importa en qué nivel te encuentres). Tienes que creer que Hashem obtiene una inmensa gratificación de cada precepto que cumples.
Y si hace poco que te acercaste a tus raíces judías, no dejes que nadie te haga sentir que eres un “ciudadano de segunda clase”. Tienes que creer que eres capaz de emplear todas las poderosas lecciones que aprendiste en tu vida (en la universidad, en el ejército, en los deportes, etc) para aplicarlas al estudio de la Torá. Tienes que creer que cuentas con las herramientas necesarias para un continuo crecimiento espiritual, y que puedes influenciar a los demás y que puedes hacer una enorme contribución al pueblo judío. Tienes que creer que eres capaz de llegar a ser un tzadik, y un erudito y que tu servicio Divino puede mover montañas!
Yo creo en ti, querido hermano, querida hermana! Hashem cree en ti! Llegó la hora de que tú también empieces a creer! Mucho éxito!
Fuente: Breslev en Español