Halloween o “Noche de brujas” es una festividad que se celebra en EEUU y otros países del mundo la noche del 31 de Octubre.
Por: Rabino Yosef Bitton
La gente se disfraza, pone zapallos y velas en las puertas de la casa y los niños salen a pedir golosinas. Aparentemente, esta inocente celebración no tiene nada de malo. Y como es tan atractivo disfrazarse y recibir dulces de regalo, muchos padres judíos permiten o incluso motivan a sus hijos a celebrar Halloween. Es por eso que decidí informarme un poco más sobre este tema y explicar los orígenes de Halloween. Para mostrar que aunque hoy en día su celebración no está orientada de manera directa hacia el paganismo, Halloween tiene muchos —¡demasiados!— elementos relacionados con la idolatría.
LA EXPLOTACIÓN DEL MIEDO
Maimónides explica en el primer capítulo de Aboda Zará que la cultura de los ritos de la idolatría fueron concebidos por los sacerdotes paganos –charlatanes y demagogos profesionales– para su propio beneficio. La manipulación de las masas era posible aprovechándose de los miedos de la gente inocente y crédula. Es por eso que los rituales paganos están siempre asociados a supersticiones, magia y creencias esotéricas. «La muerte» siempre se consideró el misterio más grande por su inevitabilidad y por su a veces sorpresiva llegada. La vulnerabilidad del ser humano ante el misterio de la muerte y la eterna pregunta sin respuesta «:qué pasa con los que mueren?» ayudaba a que la gente común se prestara a realizar cualquier tipo de rito, sin importar lo irracional o ridículo que fuera, para tratar de evitar o controlar la muerte. En el mundo de la ‘abodá zará las personas muertas — sus espíritus—eran a menudo objeto de temor, reverencia y especialmente culto. Halloween no es la excepción a esta regla. De hecho Halloween conmemora el «día de los muertos «.
EL ORIGEN DE LOS RITUALES DE HALLOWEEN
Halloween tiene su origen en la cultura celta. Los sacerdotes hacían creer a la gente que los espíritus malignos y las almas de los muertos visitaban el mundo de los vivos hacia el final del verano. Los muertos, según estos sacerdotes llamados también «druidas» , eran más o menos como los «zombis» de Hollywood: malos y peligrosos. Y sus espíritus regresaban a este mundo enfadados, vengativos y deseosos de reclutar nuevos miembros.
Para darles la bienvenida a los muertos y así apaciguarlos se tallaban calabazas que se asemejaban a sus caras ya desfiguradas por la muerte. También se encendían velas para iluminarlos y ayudarlos a encontrar su camino en el mundo de los vivos. Por eso en Halloween se colocan velas en el interior de las calabazas. Los gatos eran especialmente importantes en Halloween porque de acuerdo a los druidas los gatos podían oler y advertir la presencia de espíritus invisibles hostiles. Sin embargo, se evitaba (¡y se mataba!) a los gatos negros porque las brujas o los espíritus malignos se reencarnaban en los gatos negros. Los druidas decían que, aparte de los muertos, el mismo diablo se aparecía esa noche, llegado desde el infierno. Las brujas, que también podían reconocer espíritus y espantarlos con su magia, tenían mucho trabajo en Halloween.
TRICK OR TREAT o ¿me da mi calaverita?
Los sacerdotes celtas se disfrazaban con máscaras para hacerse pasar por los muertos o sus representantes. Golpeaban las puertas de las casas y pedían sacrificios humanos para el diablo o para satisfacer a los espíritus vengativos. La única forma de apaciguar a esos espíritus vengativos era entregarles a los druidas algún tipo de compensación, para que nadie muriera. Por siglos, en Irlanda e Inglaterra se entregaba dinero para evitar problemas. Los sacerdotes disfrazados de muertos demandaban comida o algún otro tipo de compensación para no maldecir al dueño de casa y no recomendar al diablo que se lleve su espíritu. Este es el origen del famoso «trick or treat» que los niños inocentemente dicen cuando tocan la puerta la noche de Halloween. «Trick or Treat» significa literalmente: «O me das un ‘treat‘ , alguna recompensa; o te hago un ‘trick’, un truco de magia destructivo que te va a afectar».
HALLOWEEN Y NUESTROS HIJOS
Como se podrá apreciar en esta breve descripción Halloween parece divertido o inocente, pero está profundamente arraigado a la idolatría más primitiva: el culto pagano a los muertos. Que era una forma de manipular a las masas y abusarse de su inocencia e ignorancia. De alguna manera la mayoría (o todos) los elementos que formaban parte de la antigua celebración pagana de Halloween todavía están presentes en el Halloween de hoy. Por lo tanto, creo que nosotros los judíos debemos evitar participar de Halloween, activa o pasivamente.
Como nota al margen, y pensando como educador, creo que Halloween es una excelente oportunidad para educar a nuestros hijos sobre la verdadera naturaleza de la idolatría y nuestro deber de mantearnos alejados de la misma. ¿Cómo? La idolatría, la mayor ofensa en la Torá, era muy normal en la antigüedad. Los judíos nos opusimos a la falsedad de la idolatría desde el día en que nuestro patriarca Abraham destruyó los ídolos de su padre Téraj. Pero muchas veces resulta difícil explicarles el paganismo y sus abusos, porque la primitiva ‘aboda zará casi que ha desaparecido … Halloween es una oportunidad para que nuestros hijos identifiquen las supersticiones de ‘aboda zará, comprendan su falsedad y tomen conciencia de la importancia de mantenernos alejados de ella. Así, nos sentiremos más privilegiados aún de ser descendientes de nuestro heroico patriarca Abraham Abinu.