La gente me pregunta por qué Hashem los odia: “Si no me odia, entonces ¿por qué me tortura tanto?”.
La gente me cuenta que sufre dificultades y me pregunta por qué Hashem los odia, diciendo: “Si no me odia, entonces ¿por qué me tortura tanto?”.
Me hace acordar de ese salvavidas que salvó a una persona que se estaba ahogando al agarrarla con un half-nelson y sacarla del agua. En vez de darle las gracias por salvarle la vida, el hombre que casi se había ahogado lo denunció por haberle torcido el brazo…
Nunca olvides esta regla fundamental: el creador que te odia es un creador que tú mismo creaste. El Creador que realmente te creó te ama, muchísimo más de lo que puedes imaginarte.
¿Por qué tanta gente piensa que el Creador los odia?
Nuestros sabios enseñan que cuando la serpiente tentó a Adán y Eva, les inyectó un “veneno espiritual”. La serpiente les dijo que Hashem tenía envidia de ellos y que si comían del fruto prohibido iban a ser iguales a Él, pudiendo discernir entre el bien y el mal. ¿Qué pasó?
Antes de que Adán y Eva comieran del fruto prohibido, todo era bueno y ellos vivían en un paraíso terrenal. Pero una vez que comieron del fruto prohibido del Árbol del Conocimiento, aprendieron un nuevo concepto: que existe una noción de “mal” en el mundo. Con emuná, no hay mal en el mundo. Es fácil de entender.
Tú amas a tus hijos. Y quieres obviamente lo mejor para ellos: la mejor educación, excelente salud, éxito, el mejor futuro posible, abundancia, la mejor pareja, todos sus deseos hechos realidad. Y sabes qué? Hashem quiere para ti mil millones de veces más todavía de lo que tú amas a tus hijos.
Y como Hashem es quien determina todo y es el Único que dirige el mundo, y dado que Su amor por nosotros es infinito, es claro que todo lo que hace Él es para bien. Y como todo es para bien, podemos darle las gracias por todo, tanto por lo que es evidentemente bueno como por lo aparentemente malo, que en realidad es muy bueno, si bien no logramos entender de qué manera lo es. Pero no es nuestra función entender; nuestra función es tener emuná, creer.
Al creer que todo es bueno, estamos cumpliendo con nuestra misión y nuestro objetivo en este mundo. Y entonces alcanzamos emuná y cercanía con Hashem.
Eso es exactamente lo que la mala inclinación, la serpiente primordial, no quiere que hagamos. La mala inclinación lucha a más no poder para que no tengamos emuná y por eso recurre a su principal arma que es el veneno espiritual, inyectándola a la gente la falsa propaganda de que Hashem los odia… Dios no lo permita.
Piensen en todas las emociones negativas que existen en el mundo. Si se fijan en la raíz, que es la tristeza y la depresión, van a encontrar el veneno de la serpiente.
En cuanto la persona recuerda que Hashem la quiere mucho, a pesar de que las circunstancias puedan estar indicando lo contrario, ahí entra en juego la emuná y la persona vuelve a apostar por la vida. Saber que Hashem nos ama es la base de la emuná
Hashem me ama. Repite esta frase a cada minuto y vas a ver que lo vas a empezar a sentir en cada fibra de tu alma.
Fuente: Breslev en Español