Dejando atrás refugios, casas, negocios, sinagogas y pertenencias personales, alrededor de 850.000 judíos escaparon obligatoriamente de países árabes. Por más de 2.500 años, los judíos vivieron en el norte de África, Medio Oriente y el Golfo Pérsico.
Fuente: Aurora
Sin embargo, entrada la década de 1930, ellos comenzaron a sufrir actos de discriminación a mansalva. La situación se volvió cada vez más peligrosa tras la adopción del Plan de Partición de la ONU en 1947.
Judíos en Irak, Egipto, Siria, Yemen y otras naciones resultaron atacadas en violentos pogromos. Estos siguieron con frecuencia en las décadas del 50 y 60, respectivamente.
Al respecto, el rabino principal de Alepo, Jajam Tawil, dijo: “La proclamación de la partición fue el viernes. El domingo, los árabes declararon cerrada toda la ciudad y se declararon en huelga. Los judíos decidieron quedarse en sus hogares y por la tarde muchos se reunieron cerca de la sinagoga”.
Y agregó: “Comenzaron a gritar ‘Palestina es nuestra tierra y los judíos nuestros perros’, mientras el ejército permanecía en silencio. En la tarde, la turba atacó la sinagoga y la destruyó con la ayuda del ejército. En media hora, todo quedó reducido a cenizas. Ellos sacaron 40 rollos de Torá y usaron queroseno y aceite para incendiarlos».