Primer estudio de este tipo en la Universidad de Tel Aviv. El estudio incluyó un experimento singular simulando el cambio de las condiciones ambientales desde el este de Asia hasta el Norte de Europa.
(Comunicado de la portavoz de la Universidad de Tel Aviv)
Un nuevo estudio de la Universidad de Tel Aviv incluye un experimento, el primero de este tipo, que simula las condiciones ambientales cambiantes que encuentran en su ruta los animales marinos que se aferran al fondo de los buques portacontenedores. Dichos animales, “hacen autostop” y viajan con el barco a regiones lejanas del mundo, por ejemplo, del sudeste asiático al norte de Europa. El experimento demostró que la capacidad de los animales para sobrevivir el arduo viaje depende de factores como el tipo de buque y la ruta por la que navega, así como de los cambios de la temperatura y la salinidad del agua del mar. Según los investigadores, las rutas de los buques de distintos tamaños están determinadas principalmente por las limitaciones técnicas de las infraestructuras de los diferentes puertos, así como por las tendencias económicas del sector marítimo. Esto deriva en singulares rutas geográficas que crean conjuntos totalmente diferentes de desafíos ambientales y de otra clase para las criaturas que se adhieren a estos buques.
Los investigadores advierten: “El fenómeno de los animales marinos que invaden regiones lejanas pone en riesgo los ambientes marinos locales y sus especies residentes. En este estudio demostramos que una regulación apropiada puede reducir este fenómeno y evitar que potenciales invasores lleguen a nuevos hábitats”.
Este estudio fue dirigido por el estudiante de investigación Doron Bereza bajo la supervisión de la profesora Noa Shenkar, de la Escuela de Zoología en la Facultad de Ciencias de la Vida George S. Wise y el Museo de Historia Natural Steindhart, de la Universidad de Tel Aviv. El trabajo fue publicado en la prestigiosa revista Science of the Total Environment.
La profesora Shenkar manifestó: “En algún momento dado, miles de criaturas marinas viajan de una locación a otra mediante buques marinos. Lo hacen de dos modos diferentes: en el agua de lastre-el agua de mar que toma el buque para estabilizarse, o aferrándose al casco del barco. El problema de las especies invasoras trasladadas por el lastre es abordado por la legislación, pero las “autoestopistas” que se aferran a los barcos no están contempladas-y así numerosas especies son transferidas de un lugar a otro a lo largo de las rutas comerciales internacionales”.
Las ascidias son invertebrados marinos que se adhieren a superficies duras como rocas, rompeolas y cascos de barcos. Existen cientos de especies de ascidias, y el aumento en el comercio mundial permite que algunas especies oportunistas se dispersen a grandes distancias, a veces, estableciéndose ellas mismas como especies invasivas y dañando tanto a las infraestructuras marinas como a las especies locales en sus nuevos hábitats. Un experimento llevado a cabo por el estudiante de investigación Doron Bereza, junto con la Prof. Shenkar, examinó la capacidad de supervivencia de dos especies de ascidias, conocidas como muy dañinas, en un viaje que siguió una típica ruta comercial, desde el sudeste asiático hasta el norte de Europa.
Doron Bereza, señaló: “Nos centramos en dos especies de ascidias que son comunes en el Mediterráneo, incluido Israel, y son conocidas por ser transferidas por barcos. He creado una base de datos exhaustiva, con información de unos 200 buques portacontenedores, y la utilicé para construir una ruta representando las rutas comerciales de dos diferentes tipos de buques portacontenedores, buques gigantes, de más de 395 metros de eslora, frente a barcos contenedores “regulares” a los que pueden servir las infraestructuras de más puertos. Además, he recabado información acerca de los cambios en la temperatura y la salinidad del agua de mar, así como las concentraciones de clorofila, como una medida de disponibilidad de alimentos en el viaje y en los diferentes puertos del camino”.
En la segunda fase del estudio, los investigadores expusieron ambas especies de ascidias a similares condiciones en el laboratorio. Bereza afirma: “Hemos descubierto que la capacidad de supervivencia se veía significativamente afectada por diversos factores: las condiciones ambientales, el tipo de buque, y los rasgos del propio animal. Bajo condiciones extremas, que se dan en algunos puertos del este, como la combinación de altas temperaturas y baja salinidad, una de las especies murió por completo, mientras que en la otra especie no se observó mortalidad. En la vida real, incluso cuando las rutas son generalmente similares, estos puertos no son visitados por barcos mayores a cierto tamaño, por la falta de infraestructura apropiada. Así pues, hemos concluido que el atraque en puertos con diferentes condiciones extremas, puede disminuir las posibilidades de supervivencia de especies específicas que se aferran a los barcos. Otros experimentos de este tipo, dirigidos específicamente a grupos de animales marinos que suponen una amenaza, pueden conducir a medidas regulatorias eficaces a fin de evitar el transporte de especies”.
La profesora Shenkar, concluye, diciendo: “Nos sorprendió descubrir que una especie de ascidias tropicales sobrevivió todo el viaje hasta Rotterdam. Esto no significa que las criaturas disfrutaron del viaje, pero el hecho es que han sobrevivido, y solamente algunos individuos son suficientes para lanzar una población invasora en el nuevo territorio. Es más, se prevé que el calentamiento global le permita a algunas especies prosperar en aguas, que actualmente siguen siendo frías. El hecho de que las condiciones ambientales en algunos puertos del trayecto hayan resultado mortales para casi todos los miembros de una determinada especie, sugiere que estos lugares pueden ser utilizados como barreras ambientales para impedir la expansión de especies invasoras”.