(Dnalor 01/Wikipedia)
Destruction of the Temple

El pueblo judío en todo el mundo se encuentra ahora en un período conocido como «Las Tres Semanas». Este periodo comienza en el día 17 del mes hebreo de Tamuz y continúa hasta el noveno día del mes de Av. Muchas prácticas de duelo se observan en este período. Destacamos algunas: No se llevan a cabo bodas, ni se puede escuchar música.

La razón para este período de duelo es recordar la destrucción de Jerusalem. Fue el día 17 de Tamuz cuando los muros de Jerusalem fueron arrancados de nuestras raíces. El primer y el segundo Templo fueron destruidos, y por extensión, acabaron con la vida judía en la Tierra de Israel. El principio y el final de este período de tres semanas se conmemora con un ayuno – el primer ayuno es uno de sol a sol, mientras que el segundo , que culmina nuestros sentimientos de luto, es de 24 horas desde el atardecer hasta el anochecer del día siguiente.

Aunque el lugar donde se situaba el templo todavía está en ruinas, la Tierra de Israel se está construyendo y se renueva cada día. Los exiliados regresan y sus ciudades no se encuentran desoladas. ¡Las palabras de los profetas se están haciendo realidad ante nuestros propios ojos! Como Jeremías nos dijo:

Así dice el Señor » “En este lugar, del cual decís vosotros: ‘Es una desolación, sin hombres y sin animales’, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem que están desoladas, sin hombres, sin habitantes y sin animales, se oirá de nuevo 11 voz de gozo y voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, la voz de los que dicen: (Jeremías 33:10-11).

La profecía de Amos es aún más sorprendente:

Y haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel, y edificarán en él ciudades, y las habitarán, y plantarán viñas, y beberán el vino, y harán huertos, y comerán de su fruto (Amos 9: 14).

Somos muy afortunados al vivir en una época en que la reaparición de la independencia judía en la Tierra Santa es un hecho. Los profetas enseñan que el clímax de este proceso de la redención será la reconstrucción del Templo en Jerusalem. Hasta entonces debemos celebrar el presente, y también llorar el pasado. Sin embargo, una vez que el templo sea reconstruido ya no habrá que ayunar en los días de ayuno tradicional ni llorar durante este período de tres semanas. Como Zacarías nos dice:

Los ayunos del cuarto y el quinto mes se convertirán en fechas alegres y felices. (Zacarías 8:18,19).

Nuestros sabios nos enseñan cómo podemos merecer la redención final y la reconstrucción del Templo. Es fácil de recordar. Es sólo una palabra …¡UNIDAD!

Autor: Rabbi Ari Enkin

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