(Universidad de Tel Aviv)

Los investigadores reconstruyeron los campos geomagnéticos registrados en 21 capas de destrucción arqueológica a lo largo de Israel y utilizaron los datos para desarrollar una nueva herramienta científica fiable para la datación arqueológica.

(Comunicado de la portavoz de la Universidad de Tel Aviv)

Avance científico: un estudio compartido por la Universidad de Tel Aviv y la Universidad Hebrea de Jerusalén, en el que participaron 20 investigadores de diferentes países y disciplinas, ha datado con precisión 21 capas de destrucción en 17 sitios arqueológicos de Israel, al reconstruir la dirección y/o la intensidad del campo magnético terrestre registrados en los restos quemados. El nuevo dato verifica los relatos bíblicos sobre las campañas militares egipcias, arameas, asirias y babilónicas contra los Reinos de Israel y Judá.

Los hallazgos señalan por ejemplo, que el ejército de Hazael, el rey de Aram-Damasco, fue el responsable de la destrucción de varias ciudades: Tel Rehov, Tel Zayit y Horvat Tevet, además de la ciudad filistea de Gath. Al mismo tiempo, el estudio refuta la teoría predominante de que Hazael fue el conquistador que destruyó Tel Beth-Shean. Otros hallazgos geomagnéticos revelan que las ciudades del Néguev fueron destruidas por los Edomitas, quienes aprovecharon la destrucción de Jerusalén y del Reino de Judá por los babilonios.

El innovador estudio interdisciplinario fue publicado en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA) y se basa en la tesis doctoral de Yoav Vaknin, supervisada por el Prof. Erez Ben Yosef y el Prof. Oded Lipschits del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv y el Prof. Ron Shaar del Instituto de Ciencias de la Tierra, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Los investigadores explican que los geofísicos que intentan comprender el mecanismo del campo magnético terrestre, rastrean los cambios de este campo a lo largo de la historia. Para ello, utilizan hallazgos arqueológicos que contienen minerales magnéticos, que, al calentarse o quemarse, registran el campo magnético en el momento del incendio. De ese modo, en un estudio realizado en el 2020, investigadores reconstruyeron el campo magnético tal como era el día 9 de Av del año 586 antes de la era común, la fecha hebrea de la destrucción del primer Gran Templo y de la ciudad de Jerusalén por Nabucodonosor y su ejército babilónico. Ahora, utilizando los hallazgos arqueológicos desenterrados durante varias décadas en 17 sitios de Israel, junto con la información histórica de las inscripciones antiguas y los relatos bíblicos, los investigadores pudieron reconstruir los campos magnéticos registrados en 21 capas de destrucción. Utilizaron los datos para desarrollar una nueva herramienta científica fiable para la datación arqueológica.

Yoav Vaknin explica: “Basándonos en la similitud o diferencia en la intensidad y dirección del campo magnético, podemos corroborar o desaprobar las hipótesis que afirman que sitios específicos fueron incendiados durante la misma campaña militar. Además, hemos construido una curva de variación de la intensidad del campo a lo largo del tiempo que puede servir como herramienta de datación científica, similar al método de datación por radiocarbono”.

Un ejemplo dado por los investigadores es la destrucción de Gath, la ciudad de los filisteos (identificada actualmente como Tel Tzafit, en las colinas de Judea) por Hazael, rey de Aram-Damasco. Diversos métodos de datación han ubicado este hecho alrededor del 830 antes de la era común, pero no han podido comprobar que Hazael fuera también el responsable de la destrucción de Tel Rehov, Tel Zayit y Horvat Tevet. Ahora, el nuevo estudio que identifica una sincronización estadística plena entre los campos magnéticos registrados en todos estos cuatro sitios, en el momento de la destrucción, presenta un argumento muy consistente para su destrucción durante la misma campana. Por otra parte, el nivel de destrucción de Bet Shean, que registra un campo magnético totalmente diferente, refuta la hipótesis predominante de que también fue destruida por Hazael. En cambio, los datos magnéticos de Bet Shean, indican que esta ciudad, junto a otros dos sitios del norte de Israel, fue probablemente destruida entre 70-100 años antes, un dato que podría corresponder a la campaña militar del faraón egipcio Sheshonq. La campaña de Sheshonq es descripta en la Biblia Hebrea y es una inscripción en un muro del templo de Amón en Karnak, Egipto, que menciona Bet Shean como una de sus conquistas.

Uno de los más interesantes hallazgos revelados por el nuevo método de datación, tiene que ver con el final del Reino de Judá. El Prof. Erez Ben-Yosef señala: “Los últimos días del Reino de Judá son ampliamente debatidos. Algunos investigadores, basándose en evidencias arqueológicas, argumentan que Judea no fue totalmente destruida por los babilonios. Mientras que Jerusalén y las ciudades fronterizas de las colinas de Judea dejaron de existir, otras ciudades del Néguev, las montañas del sur de Judea y las colinas del sur de Judea, permanecieron casi intactas. Ahora, los resultados magnéticos avalan esta hipótesis, señalando que los babilonios no fueron los únicos responsables de la desaparición de Judá. Varias décadas después de que destruyeran Jerusalén y el Primer Gran Templo, sitios del Néguev, que habían sobrevivido a la campana babilónica, fueron destruidos-probablemente por los Edomitas, quienes se aprovecharon de la caída de Jerusalén. Esta traición y la participación en la destrucción de las ciudades que sobrevivieron puede explicar por qué la Biblia Hebrea manifiesta tanto odio hacia los Edomitas-por ejemplo, en la profecía de Obadiah”.

El profesor Oded Lipschits, agrega: “La nueva herramienta de datación es singular porque se basa en los datos geomagnéticos de los sitios, cuyas fechas exactas de destrucción son conocidas de fuentes históricas. Al combinar la información histórica precisa con una investigación arqueológica de avanzada e integral, hemos podido basar el método magnético en una cronología anclada de forma fiable”.

Se está preparando otro artículo en el que se presentan los principios científicos del novedoso método de datación arqueomagnética. El Prof. Ron Shaar, que dirige los aspectos geofísicos del estudio, así como el desarrollo del método de datación geomagnética, explica: “El campo magnético terrestre es fundamental para nuestra existencia. La mayoría de la gente no se percata de que sin él no podría haber vida en la Tierra-ya que nos protege de la radiación cósmica y del viento solar. Además, tanto los humanos como los animales lo utilizan para navegar. El campo geomagnético se genera en el núcleo externo de la tierra, a una profundidad de 2.900 km., mediante corrientes de hierro líquido. Debido al movimiento caótico de este hierro, el campo magnético cambia con el tiempo. Hasta hace poco, los científicos creían que permanecía bastante estable durante décadas, pero la investigación arqueomagnética ha contradicho esta suposición, al revelar algunos cambios extremos e imprevisibles en la antigüedad. Nuestra ubicación aquí, en Israel, es particularmente propicia para la investigación arqueomagnética, debido a la abundancia de hallazgos arqueológicos bien datados. Durante la última década hemos reconstruido los campos magnéticos registrados por cientos de objetos arqueológicos. Combinando este conjunto de datos de la investigación de Yoav sobre las capas de destrucción históricas, hemos podido formar una curva de variación continua que muestra cambios rápidos y bruscos en el campo magnético. Esta es una magnífica noticia, tanto para los arqueólogos que ahora pueden utilizar los datos geomagnéticos para determinar la edad de materiales antiguos como para los geofísicos que estudian el núcleo de la tierra”.

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