Inmediatamente finalizado Yom Kippur, comenzamos a ocuparnos de la Suca. Demostrando así que tomamos muy en serio nuestro renovado compromiso con la observancia de las Mitsvot que hemos declarado en Kippur.
La Torá nos dice: «En las Sucot habitaréis por siete días … para que vuestras generaciones sepan, que cuando saqué a los hijos de Israel de la tierra de Egipto los hice habitar en Sucot [cabañas] …» (Vayiqrá 23).
Durante siete días abandonamos nuestros hogares y nos establecemos en la Sucá. La Sucá es una cabaña o choza que consta de tres o cuatro paredes y un techo muy frágil hecho de ramas llamado sejaj. Comemos, estudiamos y, si el clima lo permite, dormimos en la Sucá. Traemos nuestros muebles más confortables para la Sucá, tratando que nuestra estadía en la Sucá sea lo más placentera posible.
La fiesta de Sucot nos recuerda los cuarenta años que pasamos en el desierto cuando salimos de Egipto, y nos encaminamos a la Tierra Prometida. Durante todo ese tiempo HaShem nos proporcionó comida, agua y todas nuestras necesidades. También nos concedió una protección especial en el desierto contra las inclemencias del tiempo, los animales salvajes y otros peligros del desierto.
Esa Protección Divina es la que recordamos en Sucot. Cuando nos mudamos a la Sucá (a la que llamamos una casa sin techo, entendiendo que un techo nos protege especialmente de la lluvia y el frío, mientras que el sejaj de la Sucá sólo nos protege del sol) y dejamos la seguridad de nuestros hogares con sus «sólidos» techos, estamos rememorando, o prácticamente reviviendo aquellos días en los que estuvimos, en el desierto de Sinaí, directamente bajo la directa protección de HaShem. Y al habitar en la frágil Sucá debemos recordar que, en última instancia, la protección que más cuenta es la protección Divina.
¿CÓMO CONSTRUIR LA SUCÁ?
Hay muchos detalles y especificaciones acerca de cómo construir la Sucá.
Los principios básicos son:
PAREDES: Las Paredes deben construirse primero, antes de colocar el «techo» o sejaj sobre el esqueleto de la Sucá. Las paredes pueden estar hechas de cualquier material capaz de resistir un viento promedio. Por este motivo, da acuerdo al Rab Obadia Yosef z»l, no deberíamos usar sábanas o telas para las paredes, ya que estas se muevan con el viento. Es preferible usar paneles sólidos de madera, acrílico, etc.
TECHO: En la parte superior de las paredes colocamos el sejaj (techo hecho de ramas, juncos, etc.). Para el sejaj podemos usar todo tipo de ramas: juncos de bambú o esterilla, ramas de árboles con hojas, ramas de palma, etc. Hay cortinas especiales hechas de cañas, juncos o bambú que se pueden utilizar para este propósito.
SOMBRA: El sejaj tiene que ser lo suficientemente denso como para proporcionar sombra; pero debe ser lo suficientemente frágil como para que NO nos proteja de la lluvia. Una Sucá «impermeable» no se considera una «Sucá» y por lo tanto no es valida (=pesulá).
Por: Yosef Bitton, colaborador de Unidos con Israel
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