La Cabaña Rústica
¿Debería la persona tratar de cambiar el comportamiento de su pareja, aunque sea en beneficio de esta última?
Con el favor de Di-s, la siguiente anécdota Jasídica nos suministra la respuesta:
El Baal Shem Tov y uno de sus discípulos más jóvenes paseaban por el bosque en las afueras de su pintoresca ciudad natal Medziboz, en Ucrania central. El joven discípulo estaba por casarse la semana próxima. El Baal Shem Tov, por medio de su única y magnífica sabiduría, enseñaba a este joven discípulo algunas lecciones importantes que representan la clave para una vida conyugal exitosa y un hogar rebosante de alegría.
El Baal Shem Tov recogió una rama seca de madera de haya, la cual utilizó como bastón. Unos minutos después, señaló un hongo venenoso gigante que se había podrido debajo de una pila de hojas secas del árbol de haya. Le señaló a su discípulo que se acercara y lo vea de cerca. Cuando el joven se dobló para observar el hongo podrido, el Baal Shem Tov comenzó a hurgarlo con el palo que tenía en la mano. El hongo podrido soltó un olor intolerable y el joven se retorció de disgusto. “¡Rabi! ¡Eso huele horrible!”.
Una sonrisa de sabiduría iluminó el rostro santo del Baal Shem Tov. “Hijo mío, ¿entiendes la lección que el Creador quiere enseñarnos por medio de este hongo putrefacto?”
El perplejo joven se encogió de hombros y movió la cabeza de lado a lado. “No, Rabi. No lo entiendo”.
Explicó el Baal Shem Tov: «Mientras no escudriñamos y hurgoneamos el hongo, este solo formaba parte del hermoso y aromático bosque. En cuanto comenzamos a entremeternos y sondear, estimulamos su nauseabundo olor. Lo mismo sucede con el alma humana; mientras no escudriñamos o sondeamos las almas de los demás, poseen el dulce olor de las creaciones del Todopoderoso. Pero en cuanto empezamos a hurgonear, despertamos su lado negativo, su mal olor, lo cual constituye una denigración de dicha alma, tanto en el Cielo como en la Tierra”.
“¿Qué significa hurgonear un alma?”, preguntó el joven.
“La crítica”, respondió el Baal Shem Tov. “La crítica denigra el alma”
Entonces, el Baal Shem Tov le dijo a su joven discípulo que tuviera cuidado en aplicar esta lección en su nueva vida conyugal y que nunca critique a su esposa.
“¿No es la rol del esposo – especialmente el que estudia Torá – ayudar a moldear el carácter de su esposa?”
El Baal Shem Tov se abstuvo de responder, en silencio y tomados del brazo caminaron durante otros diez o quince minutos hasta que llegaron a un espacio despejado en el bosque. Un fornido leñador ucraniano construía una cabaña rústica. Curiosamente, ni picó, ni planificó los troncos, sino que los utilizó en su estado natural. Hablando un ruso perfecto, el Baal Shem Tov saludó al campesino con un amistoso: “Buenos días”. Luego preguntó al campesino porque este último no retiró la corteza de los troncos que sirven de paredes de la cabaña.
“¡Ah, eso es muy sencillo!”, respondió el fornido medio destentado leñador, ansioso de demostrar sus conocimientos. “La corteza es un magnifico aislante, que ayuda a mantener la cabaña caliente en el invierno y fresca en el verano. Además su savia natural sirve para unir los troncos, haciendo la cabaña mucho más fuerte”.
Las venas en los brazos del fornido leñador sobresalían mientras hacía fuerza para levantar un gran tronco que recostó encima de otro. Un nudoso tocón en el tronco de arriba interfería para pegar los dos troncos. En lugar de cortar el tocón, el leñador tomó su hacha y un filoso cuchillo trinchante, y talló una hendidura en el tronco inferior. Entonces, los dos troncos quedaron bien unidos y seguros. Gotas de sudor resbalaban por el feliz rostro del leñador; quien orgulloso, declaró: “¡Ni la tormenta más fuerte podrá separar estos dos troncos!”
Sabiamente, el Baal Shem Tov preguntó al leñador una importante pregunta: “Aún así, amigo mío, ¿por qué te tomaste todo el trabajo de tallar una hendidura en el tronco inferior? ¿No hubiese sido más fácil cortar con tu hacha el resto sobresaliente del tronco de arriba?”
El leñador rió ante la aparente ignorancia del Rabi de un principio tan simple conocido por cualquier leñador. “¡Cuando tratamos de cortar una protuberancia nudosa, termina rompiendo todo el tronco! ¿Quién quiere arruinar tan hermoso tronco por un pequeño trozo remanente? Es más seguro y fácil dejarlo como está y tallar una hendidura para encajarlo en el tronco inferior…»
El Baal Shem Tov y su discípulo siguieron su camino. “Usted me preguntó si la función del hombre es ayudar a moldear el carácter de su esposa; ¿Intentó cortar el leñador el tocón del tronco?”
“No”, respondió el joven.
“¿Por qué?, presionó el Baal Shem Tov.
“Porque lo habría partido o quebrado arruinando todo el tronco”.
“Precisamente”, respondió el Baal Shem Tov. “Nuestra pareja se asemeja a un tronco robusto. Igual como cada tronco tiene protuberancias en distintos lugares, nosotros tenemos nuestros defectos. Aún así es más fácil y seguro que nosotros como esposos nos adaptemos a los pequeños defectos de nuestras esposas en lugar de tratar de desarraigarlos con críticas y comentarios dolorosos. La crítica es capaz de romper cualquier matrimonio; entonces, ¿qué ganamos?
* * *
Repetidas veces, he visto fuertes relaciones y matrimonios que estaban a punto de romperse dar un giro impresionante simplemente tras haber implementado el sencillo pero admirable consejo del Baal Shem Tov y su nieto Rabi Najman de Breslev. ¡No critiques!
Fuente: Breslev
Por: Rabino Lazer Brody