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Líder en potabilización de agua de mar, Israel planea bombear el exceso de producción de sus plantas de desalinización al Mar de Galilea. El lugar está agotado por el uso excesivo y amenazado por el cambio climático.

Fuente: Aurora

Las lluvias irregulares, el aumento de temperaturas y el bombeo intensivo sobrecargaron el lago de agua dulce más bajo del mundo. Durante décadas, sirvió como el principal depósito de agua dulce del país. Israel piensa ahora en enfrentar el desafío invirtiendo el flujo de agua mediante una vasta red de bombas, tuberías y túneles. Estos datan de la década de 1960.

Las autoridades elogiaron el proyecto como un escape de la tecnología de gestión del agua y desalinización de vanguardia israelí. También puede colaborar a profundizar los lazos con los estados árabes áridos.

Por su parte, los ecologistas señalan que cuanto más dependa Israel de los combustibles fósiles para hacer funcionar sus plantas desalinización, más empeorarás sus emisiones de carbono el cambio climático.

Sin embargo, los expertos alertan que se precisa de una acción urgente para preparar a la nación para el calentamiento global con el crecimiento de la población. La temperatura promedio del país aumentó dos grados centígrados en las últimas dos décadas.

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