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A Jewish boy recites the prayer over grape juice. (Photo: Geo Martinez/Shutterstock)

¿Quién puede tener el derecho de llamarse a sí mismo judío?
¿Qué condiciones y requisitos hay que cumplir, qué estudios hay que tener?
Esta pregunta surge porque ser judío es un problema de coyuntura.

Se juntan muchas definiciones. Cada uno tiene otra definición para lo que es ser judío.

¿Cómo definiríamos nosotros objetivamente qué es ser judío?

Ser judío: ¿Depende del sentimiento, depende de mi formación, de mi nacimiento, de la religión?

¿Cómo podemos definir cuál es el verdadero concepto y la verdadera definición de ser judío?

¿La que dice nuestro corazón?

¿La que dicen nuestras costumbres, nuestras familias, los clubes?

¿Dónde tendríamos que buscar para conocer bien una definición exacta y precisa sobre quién es judío?

Vamos a hacer un viaje por la historia, para poder así descubrir el verdadero concepto del judaísmo.

Ocurrió con muchas naciones que se han unido y formado por iniciativa propia. Los antropólogos, historiadores, conocen como se fueron formando los pueblos. Al establecerse y convivir juntos en un mismo lugar, en una misma región, entonces la gente se empieza a conocer. Se empiezan a casar entre ellos. Empiezan a convivir, a tratar de imponer reglas entre ellos para la convivencia. Y así se generaron las naciones, los pueblos, los países y las organizaciones.

¿Cómo surge el pueblo judío?

¿En qué tierra fue que nos conocimos y dijimos «vamos a formar una organización y un pueblo», para ordenarnos, tener un sistema legal?

¿Existió eso en el pueblo judío?

No, nunca existió algo así en nuestro pueblo.
La creación y formación del pueblo judío fue atípica. Fue una excepción a todas las naciones del mundo. No fue como el resto de los países que se formaron en virtud de haber vivido conjuntamente en un mismo territorio y tener una misma lengua.

¿Cuándo nos constituimos históricamente como pueblo?

Hay una intervención «divina» en la historia. El pueblo organizado, con normas, con un sistema, aparece precisamente recién cuando D´s entrega la Torá al pueblo judío. La Torá nos convirtió a nosotros en un pueblo. «Ustedes son judíos a partir de ahora». El pueblo de Israel surgió a partir de un grupo de esclavos que salían de Egipto, descendientes de Iaacov, una familia que se transformó en pueblo. D’s les reveló entonces unas normas y unas leyes para seguir ellos y sus hijos y sus nietos por todas las generaciones.

No nos unió ni una tierra, ni un idioma, ni un objetivo en común. Nos constituimos en pueblo en la mitad del desierto, donde no había ningún objetivo por seguir. Éramos esclavos, ninguna nación surge en esta situación, las naciones surgen cuando se establecen en el lugar; entonces, lo que nos convierte en pueblo ¿qué es?

Esas normas divinas que D´s imparte al pueblo judío.
Dice el versículo en la Torá «Haiom hazé, nihié taleam Hashem E-lokeja». «Hoy te convertiste en pueblo para D´s». Ahí nace el pueblo judío por primera vez. Con esas normas legales, espirituales. Esas normas divinas.

El mensaje moral que D´s le ha otorgado al pueblo judío lo compromete a convertirse en una nación lumbrera y una luz para el resto de las naciones. Esa es la misión y el secreto del pueblo judío.

¿Cómo podríamos definir qué es el judaísmo después de esta investigación histórica que hemos hecho?

El judaísmo actual como se presenta hoy, está compuesto por muchos valores. La religión es una, la tradición de los padres es otra. El club en el que nosotros participamos, los cantos que tenemos, la comunidad, el idioma, el acento se fueron adhiriendo a lo largo de la historia. Cada uno puso su granito de arena para darle al judaísmo el concepto del cual es hoy.

Cuando uno incorpora nuevos conceptos y le pone el título de judío puede ser que con el tiempo, también se transformen en parte del pueblo judío, pero no son originales sino extraños y falsos. Es como si uno tuviese un cuadro de Picasso, uno auténtico, original y certificado. Y de repente en su casa, con su pincel, empieza a dibujar sobre el cuadro de Picasso otro dibujo, le hace unos bigotes, barba, otro cuadrito, un redondel, líneas, ¿Todo lo que haga sobre el cuadro de Picasso va a ser también parte integral de su obra?

No. Está «sobre» el Picasso. Está impregnado, adherido. Incluso ya no se puede sacar. No se puede separar. Pero el Picasso es únicamente lo que él dibujó y no lo que la otra persona le dibujó en él. ¿Cómo era el cuadro verdadero? Tendríamos que imaginarlo o buscar una patente para quitar toda esa pintura que ha colocado y agregado en ese lugar. Sólo así podremos encontrar la imagen verdadera del cuadro de Picasso.

Cuando nos sinceramos con nosotros mismos para analizar qué es el judaísmo, tenemos que quitar del cuadro todo lo agregado, todo lo anexo, y vamos a encontrar que el judaísmo en realidad es lo que D´s le reveló a Moisés y nos reveló hace mucho tiempo a nosotros. Todo lo demás no es más que un anexo. No es lo esencial del judaísmo.

Legalidad

Dijimos que el judaísmo es justamente estas normas divinas que D´s le reveló al pueblo. Entonces, el que no tiene ninguna relación con esas normas divinas, ninguna identificación con ellas ¿deja de ser judío por ello?
No, no deja de ser judío por ello.

¿De qué depende ser judío? Nacer de un vientre judío. Es un asunto hereditario.

Si es un asunto hereditario, entonces ¿Cómo puede convertirse una persona que no es judía al judaísmo?

Esto se podría entender de la siguiente manera: como si fuera que alguien tiene un título de ingeniero y no solamente estudió para ello, sino que después de tener el título, lo empezó a ejercer, lo practica, trabaja de acuerdo a lo que él es y vive de acuerdo a lo que él estudió. Luego aparece otro ingeniero, que tiene el título, pero es taxista, empresario o profesor, pero no se dedica a lo que él estudió, a lo que es él.

Si el judaísmo es lo que dijimos y uno es judío, va a tratar de usar ese título y ponerlo en práctica; lo que estudió, lo que es. Hay otros judíos que siguen siendo judíos y no practican nada y eso no le quita su calidad y nivel de llamarse judío; como aquél ingeniero por no practicar la ingeniería, no pierde su carácter de ingeniero, sino que sigue siéndolo toda la vida. Y el día que quiere retornar a la ingeniería, ¿qué va a tener que hacer? ¿De vuelta toda la carrera? No, pero va a tener que hacer un pequeño curso, un aprendizaje. Le va a costar al principio hasta que se sienta familiarizado.

Todo judío que nació de una madre judía, tiene ese título de nacimiento. Es como un poder místico que se encuentra en potencia y latente dentro de nuestro ser. La misión nuestra es descubrirlo y que no quede latente, sino ponerlo en práctica.

El hombre que no es judío, se podría comparar a aquél que no estudió ingeniería y no tiene título de ingeniero; pero sin embargo es un autodidacta. Hay casos en los que uno no tiene el título pero sabe más que uno que posee el título. Entonces ¿qué es lo que tiene que hacer? ¿Puede ejercer la ingeniería un hombre que sabe de ingeniería y no tiene título? No. Está penado por la ley, por más que sepa más que el otro ingeniero que no practica la ingeniería hace 20 años. Tiene más sentimiento judío que aquél judío que abandonó sus tradiciones hace 20 años y no las practica. «Yo sí practico, sí me siento judío. No nací de madre judía pero siento, conozco, estudio, analizo». ¿Qué tiene que hacer?

Tiene que conseguir un título de verdad. Todo ese conocimiento, ese sentimiento tiene que pasar por un examen protocolar y legal para que le firmen el certificado, el diploma, y entonces sí, va a poder ejercer ahora la medicina. Lo mismo ocurre con aquél tipo de judío que es judío de sentimiento pero cuando empieza a indagar legalmente, no lo es. Lo que tiene que hacer, es ponerse al día con la legalidad como corresponde con la ley para para poder ejercer el judaísmo. Esa ley se encuentra en la Torá, tal como nos ha sido revelada por D’s.

Dicen nuestros sabios, que el proceso de la conversión, es como un proceso de recambio de la esencia del alma de cada persona. Debe estar preparado para poder enfrentarse con el judaísmo. No es solamente un derecho sino también una responsabilidad. Cuando un hombre empieza a comportarse como judío y legalmente no lo es, llega un momento que va a explotar, que no va a poder soportar porque es difícil ser judío.

Es una responsabilidad muy grande. Hace falta la ayuda de D´s para poder soportar lo que es ser judío. Soportar los insultos, las persecuciones, los desprecios cuando caminamos por la calle. ¿De dónde sale esa fortaleza? Llega un momento que uno se siente judío. «Me crié en el shule, voy a un club, yo soy judío» Pero es necesario pasar por el proceso legal que se llama «Gerut», es el que me da esa fuerza espiritual para poder seguir siendo judío aún en los peores momentos.

Basado en: Conferencia del Rab Isaac A. Sacca.

Fuente: Radio Jai