Una tumba familiar de 2.000 años de antigüedad, una de las más elaboradas de Israel, fue descubierta en una excavación arqueológica en la Cueva de Salomé, en el Bosque Lachish, en la llanura de Judea.
(Comunicado de la portavoz de la Autoridad de Antigüedades de Israel)
Una tumba familiar de 2.000 años de antigüedad, una de las más elaboradas de Israel, fue descubierta en una excavación arqueológica en la Cueva de Salomé, en el Bosque Lachish, en la llanura de Judea.
Una cueva funeraria del período del Segundo Gran Templo, de 2.000 años de antigüedad, denominada la Cueva de Salomé-una de las más impactantes cuevas de sepultura descubiertas en Israel-ha sido descubierta en el Bosque de Lachish. La excavación fue llevada a cabo del Proyecto del Camino de los Reyes de Judea, dirigido por la Autoridad de Antigüedades de Israel, el Ministerio de Jerusalén y Patrimonio y el Fondo Nacional Judío. .
La Cueva funeraria continuó en uso en los períodos Bizantino e Islámico temprano, conociéndose como Cueva de Salomé, debido a una tradición popular que la identificaba como el lugar de sepultura de Salomé, la partera de Jesús. La excavación de la explanada descubrió una hilera de puestos de venta, que, según los excavadores, vendían o alquilaban lámparas de arcilla. “En la tienda encontramos cientos de lámparas completas y rotas, que datan de los siglos VIII y IX, después de la era común”, señalan Nir Shimshon-Paran y Zvi Firer, los directores de excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel en la región sur. “Es posible que las lámparas sirvieran para iluminar la cueva o como parte de las ceremonias religiosas, de forma similar a las velas que se reparten actualmente en las tumbas de los personajes venerados y en las iglesias”.
La Cueva funeraria en el Bosque de Lachish, fue descubierta por primera vez, hace 40 años por saqueadores de antigüedades que irrumpieron en ella, tras lo cual el profesor Amos Kloner, del Departamento de Antigüedades, llevó a cabo una excavación arqueológica. La cueva comprendía diversas cámaras con Kochim (nichos funerarios) excavados en la roca y osarios (cajas de piedra), que atestiguaban la costumbre judía de enterrar a los muertos. La costumbre judía de una segunda sepultura en osarios de piedra es muy conocida en el registro arqueológico, pero la sorpresa fue la adaptación de la Cueva dentro de una capilla cristiana. A juzgar por las cruces y las decenas de inscripciones grabadas en las paredes de la cueva en los periodos bizantino e islámico temprano, la capilla estaba dedicada a la sagrada Salomé.
“El nombre Salomé (o en hebreo: Shalom o Shlomit) era un nombre judío común, en la época del Segundo Gran Templo y era también conocido en las familias Hasmoneas y Herodianas”, afirman Paran y Firer. “Según la tradición cristiana, Salome era la comadrona de Belén, que fue llamada a participar en el nacimiento de Jesús. Ella no podía creer que se le había solicitado ayudar a dar a luz a un bebe de una virgen y su mano se secó y solamente se curó al sostener la cuna del bebé”.
La propia Cueva se excavó hace muchos años, y ahora la Autoridad de Antigüedades de Israel, está exhibiendo el elaborado patio de la cueva. La explanada, de más de 350 metros cuadrados, está rodeada de muros de piedra de sillería, y tiene suelos de losas de piedra y mosaicos. Las entradas a la cueva y la capilla interior quedaron al descubierto, algunas de las piedras están talladas con finos diseños vegetales decorativos, como rosetas, granadas y jarrones de acanto, característicos de los judíos. El atrio y la propia cueva, dan cuenta de que la tumba perteneció a una familia judía adinerada que invirtió mucho esfuerzo en la preparación de la cueva. Cabe destacar que el patio de entrada a las cuevas sepulcrales solía estar excavado en la roca y no se construía con sillería, como en este caso.
La veneración de Salomé y el uso de la explanada y la Cueva continuaron hasta el siglo IX después de la era común, después de la conquista musulmana. Resulta interesante, que algunas de las inscripciones se escribieran en árabe, mientras los fieles cristianos continuaban rezando en el lugar.
“Salomé es una figura misteriosa”, afirman los investigadores. “La tumba familiar es un testimonio de que sus propietarios eran una familia de alto nivel en la planicie de Judea, en la época del Segundo Gran Templo. El culto a Salomé, santificado en el cristianismo, pertenece a un fenómeno más amplio, según el cual, los peregrinos cristianos del siglo V de la era común, encontraron y santificaron sitios judíos. Es posible que el nombre de Salomé, apareciera en la antigüedad en uno de los osarios de la tumba (que ya no se conservan) y que se desarrollara la tradición que identificara al sitio con Salomé, la partera, y que la cueva pasara a ser venerada por el cristianismo”.
Según Saar Ganor, director del Proyecto del Sendero de los Reyes de Judea, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, “una vez que las tareas restauración y desarrollo sean completadas, la explanada y la cueva serán abiertas al público, como parte del Proyecto del Sendero de los Reyes de Judea, en cooperación con el Fondo Nacional Judío y el Ministerio de Jerusalén y Patrimonio. Este camino, que atraviesa la llanura de Judea, es la espina dorsal del patrimonio cultural del pueblo judío, y abarca decenas de sitios de la época de la Biblia, el Segundo Gran Templo, la Mishná y el Talmud. En las excavaciones llevadas a cabo a lo largo del Sendero de los Reyes de Judea, la Autoridad de Antigüedades de Israel está creando una conexión significativa y profunda para el público en general, entre la arqueología y el patrimonio cultural”.
Eli Eskozido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel, señaló: “La iniciativa del Proyecto del Sendero de los Reyes de Judea, es el resultado de una efectiva cooperación con el Ministerio de Jerusalén y Patrimonio Cultural y el Fondo Nacional Judío, con el fin de mejorar la arqueología y el desarrollo de los sitios del patrimonio cultural, en beneficio del público en general. La Autoridad de Antigüedades de Israel está desarrollando sitios y elaborando senderos patrimoniales accesibles, como parte de nuestra comprensión de que los sitios arqueológicos en áreas no edificadas son una parte integral del paisaje cultural del país. Muchos de estos caminos están situados en la región sur de la Autoridad de Antigüedades de Israel, como por ejemplo, el Sendero de los Reyes de Judea, la Ruta del Comercio de Incienso y la Ruta de los Caballeros. Aspiramos a seguir desarrollando nuevas vías e iniciativas en los próximos años, con el fin de fortalecer el nexo entre el público y el patrimonio y el paisaje cultural”.