Hay una nueva realidad en el Medio Oriente. Si bien las relaciones entre Israel y algunos países del Golfo ya se venían forjando entre bambalinas, los vínculos están comenzando a oficializarse paulatinamente.

La radical violación de los Acuerdos de Oslo por parte de la AP no ha hecho otra cosa que empeorar la condición económica de los palestinos que viven en las zonas sometidas a su control.

Se requiere de un nuevo modo de pensar si realmente queremos la paz en el Medio Oriente. Imagina probar la misma idea, una y otra vez, durante 80 años, y fallar una y otra vez.

En 1978, el primer ministro israelí Menachem Begin y el presidente egipcio Anwar Sadat firmaron los Acuerdos de Camp David. Desde entonces, Israel y Egipto han mantenido una paz duradera que esperamos continúe durante muchos años.

El próximo 30 de abril el Consejo Nacional Palestino, cuerpo legislativo que no opera desde hace 10 años, se reunirá, técnicamente, para elegir a un nuevo Comité Ejecutivo, el máximo órgano palestino de decisión, compuesto de 18 miembros.

En enero, Abbas también rechazó una reunión con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, cuando este último visitó Medio Oriente en una gira de varios días. Abbas ha dicho que no aceptará un plan propuesto por Estados Unidos para resolver el conflicto.