Vistas del Monte de los Olivos en Jerusalem (Shutterstock) (Shutterstock)

Una tumba de una cortesana (hetaira, en griego antiguo) que data de fines del siglo IV-principio del siglo III antes de la era común, fue descubierta en las excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel en Via Hebron, en Jerusalén. En la cueva funeraria, que es una singular evidencia del periodo helenístico en la región de Jerusalén, fueron descubiertos los restos cremados de una joven mujer, junto a una particular caja de espejo en un perfecto estado de conservación.

(Comunicado de la portavoz de la Autoridad de Antigüedades de Israel)

El miércoles 11 de octubre, serán presentados por primera vez los resultados del estudio de este descubrimiento, en la conferencia sobre la temática “Nuevos Estudios en la Arqueología de Jerusalén y su Región”, por la Autoridad de Antigüedades, la Universidad de Tel Aviv y la Universidad Hebrea.

Las cuevas funerarias fueron descubiertas en una ladera rocosa, no lejos del Kibutz Ramat Rahel. En la cámara funeraria fueron descubiertos huesos humanos carbonizados, identificados por el Dr. Yossi Nagar, antropólogo físico de la Autoridad de Antigüedades de Israel, como los huesos de una mujer. Según el Dr. Guy Stiebel, del Departamento de Arqueología y del Antiguo Oriente Próximo de la Universidad de Tel Aviv, “esta es, de hecho, la evidencia más antigua en Israel, de una cremación en el periodo helenístico”. Fueron hallados varios clavos de hierro doblados junto a los huesos, y, para sorpresa de los arqueólogos, se descubrió, junto a los huesos carbonizados de la mujer, un tipo raro de caja plegable de bronce para espejos.

“Se trata apenas del segundo espejo de este tipo que ha sido descubierto hasta la fecha en Israel, y en total, sólo 63 tipos de estos espejos son conocidos en todo el mundo helenístico”, señala Liat Oz, la directora de la excavación en nombre de la Autoridad de Antigüedades de Israel. “La calidad de la producción del espejo es tan elevada que fue preservado en excelentes condiciones, y parecía como si hubiera sido elaborado ayer”.

En un estudio compartido por la Universidad de Tel Aviv y la Autoridad de Antigüedades de Israel, dirigido por el Dr. Guy Stiebel, del Departamento de Arqueología y del Antiguo Oriente Próximo de la Universidad de Tel Aviv y la arqueóloga de la Autoridad de Antigüedades de Israel, Liat Oz, los investigadores sugieren que el singular espejo pertenecía a la fallecida que no era otra que la acompañante de un miembro jerárquico del personal militar helenístico o un funcionario gubernamental helenístico, durante una campana a través de la Tierra de Israel. Los investigadores destacaron que esta ofrenda de espejos de caja plegable, estaban documentadas en tumbas y templos en el mundo greco-helenístico, y es una clara señal de un objeto genérico, asociado a la mujer griega. La caja de espejos era habitualmente decorada con grabados y magníficos relieves de figuras femeninas idealizadas y figuras de diosas, particularmente la de Afrodita, la diosa del amor.

“La pregunta más estimulante que surgió a partir de este descubrimiento fue ¿qué está haciendo la tumba de una mujer griega en la senda que lleva a Jerusalén, lejos de todo sitio o asentamiento de la época? La tumba nos ha intrigado de un modo sumamente particular, además a la luz del hecho de que la información arqueológica sobre Jerusalén y sus alrededores a principios del periodo helenístico es muy escasa”, afirma el Dr. Stiebel.

Con el fin de resolver este enigma, los investigadores tenían a su disposición una serie de datos singulares que caracterizaban la sepultura desde Vía Hebrón que arroja luz sobre una narrativa sorprendente; el singular y oneroso espejo de caja y la cremación que era bien conocida en el mundo griego, así como el hallazgo de clavos de hierro en el sepelio. En cuanto al status de la mujer, los investigadores creen que probablemente era una mujer de compañía /cortesana (hetaira) y no una mujer casada, ya que las mismas, rara vez abandonaban su hogar en Grecia, por no hablar de unirse a sus esposos ene campañas militares. El hecho de que no hubiera asentamientos cerca de la cueva funeraria, aparentemente indica que se trata de una tumba de una mujer griega, que acompañaba a un alto referente militar o a un funcionario gubernamental helenístico y fue enterrado al costado del camino.

“Espejos de bronce como el que fue hallado eran considerados como un artículo lujoso y caro, y podían llegar a las manos de una mujer griega de dos formas; como parte de su dote antes de la boda, o como un regalo dado por hombres a su hetaira. Como tal, los espejos simbolizaban, entre otras cosas, la conexión, así como las relaciones íntimas entre los clientes y las hetairas. Las hetairas formaban parte de una antigua institución social griega, en el marco de la cual-a semejanza de, por ejemplo, las geishas japonesas-brindaban servicios de escolta social, y no necesariamente, única y exclusivamente, servicios sexuales. Algunas de ellas, se convirtieron en cónyuges de hecho de los gobernantes greco-helenísticos, así como de generales de rango elevado, así como de famosos intelectuales. Las hetairas llevaban a cabo salones literarios, y servían de musas para los más famosos trabajos de escultura y pintura, que incluso eran expuestos en los templos”.

“Lo más probable es que se trate de la tumba de una mujer de origen griego, que acompañara a un alto referente del ejército o gobierno helenístico, durante las campanas de Alejandro el Grande o más probablemente, durante las Guerras de los Diadocos (sucesores)”, concluyen los investigadores.

“Este es un ejemplo de la combinación de arqueología e investigación en su máxima expresión”, señala Eli Escusido, director general de la Autoridad de Antigüedades de Israel. “El estudio de un objeto aparentemente simple nos lleva a una nueva comprensión y a una narrativa, que nos abre una ventana a un mundo antiguo olvidado y desaparecido. En estos días, los investigadores están utilizando más tecnologías para extraer más información, y tal vez, podamos conocer mejor a esa dama y a su cultura”.