Una mañana durante la operación Margen Protector, Jehan tuvo que proteger con su propio cuerpo a su tesoro más preciado; su esposa e hijo. Proyectiles de mortero cayeron sobre el jardín de infantes de su hijo: “Los mantuve apretados contra mi cuerpo para protegerlos”.

Jehan Berman llegó a Israel desde Bélgica en 2001. En ese momento, Israel estaba atravesando por la segunda Intifada. Ese mismo año, Jehan sobrevivió a un ataque terrorista de Hamás en el que murieron 11 israelíes y resultaron heridas más de un centenar de personas. “Luego de eso permanecí encerrado en mi casa por dos semanas“, dijo Jehan.

Luego de un año en el país, Jehan se enroló en la Brigada Nahal del ejército israelí. Durante ese tiempo decidió mudarse al kibutz Nir Oz, al sur del país. Allí descubrió otra cara del terrorismo de Hamás a través de incesantes bombardeos y disparos de cohetes.

Años más tarde, Jehan junto con su esposa, decidieron mudarse al pueblo de Avshalom ubicado en el Consejo Regional Eshkol, a pocos kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza. En esa zona, el número de ataques con cohetes aumenta año tras año.

jehan berman et fils

Durante el verano de 2011, se convirtió en papá: “En el momento que nació mi hijo, la sirena sonó en el hospital”, cuenta Jehan.

Tres años después, durante la Operación Margen Protector, Jehan junto con su esposa, querían soplar las velas de cumpleaños de su pequeño hijo Eschel, pero Hamás decidió otra cosa:

“Para nosotros, cada soldado es como un hijo propio. Sabemos que ellos hacen todo lo posible para cambiar la situación y devolver la tranquilidad a los habitantes del sur de Israel. Todos esperábamos que regresen sanos y salvos”.

Jehan y su familia son sólo una parte de las decenas de miles de civiles que viven en las inmediaciones de la Franja de Gaza bajo la constante amenaza de los ataques con cohetes.

Fuente: Blog de las Fuerzas de Defensa de Israel