Durante los tiempos del Templo, esta ceremonia se realizaba una vez cada siete años cuando todo Israel, hombres, mujeres y niños, se reunía en Jerusalem para la fiesta de Sucot.
En este momento se lee la última porción de la Torá, ya que nunca debemos terminar la lectura de la Torá, empezamos la lectura al puro principio de nuevo para mostrar que amamos la Torá como un "nuevo mandato al que todos corren".
Esta noche comienza la festividad de Simjat Torá que se observa durante un día en Israel y dos días en la diáspora. Simjat Torá es el día en el que celebramos la finalización del ciclo de lectura de la Torá.
"Y tomaréis en el primer día [de Sucot] un fruto de árbol cítrico (etrog), rama de palmeras (lulab), rama de mirto (hadas) y sauces de los arroyos ('araba). Y te alegrarás delante de HaShem, tu Di-s, durante siete días"
Sucot contra la “zona de confort”. Y, como en la salida de Egipto que marca el paso de una comunidad de tribus a una nación israelita, la tradición indica que moremos en viviendas transitorias (cabañas o tabernáculos, que es lo que significa en hebreo Sucot).
Por ejemplo, en las monedas del año 66 de la era común, previa destrucción de nuestro Segundo Templo, y especialmente en las monedas acuñadas en los años de la rebelión de Bar Kojbá, 130- 135 de la era común.
Hay un ritual adicional que pertenece a la Mitsvá de ‘arabá. Una tradición establecida por los últimos profetas de Israel, Jagai, Malají y Zejariá, después de la destrucción de nuestro primer Templo.
“Y tomaréis en el primer día [de Sucot] un fruto de árbol cítrico (etrog), rama de palmeras (lulab), rama de mirto (hadas) y sauces de los arroyos (‘araba). Y te alegrarás delante de HaShem, tu Dios, durante siete días ” (Lev. 23).
En Jerusalem, cuando llega Sucot, las aceras, estacionamientos, entradas y balcones se llenan de sucot, transformando la ciudad en un paisaje gigante de celebración y de alegría.
Si ofendimos o dañamos a amigos, colegas y seres queridos, debemos hacernos cargo. Y si traicionamos nuestro pacto con HaShem, voluntaria o involuntariamente, debemos reconocerlo, ya que de otra manera el perdón no será posible.
Este próximo martes 4 de octubre antes de la puesta del sol, comienza Yom Kippur, el día del perdón. Antes de que Yom Kippur comience, debemos pedir perdón a quien sea que hayamos ofendido, insultado, lastimado, avergonzado, etc.
El día sagrado de Yom Kippur, el Día de la Expiación, está cerca. Según la tradición judía, el destino de toda la humanidad está sellado para el próximo año.
Hoy conmemoramos Tsom Guedaliá, un día de ayuno instituido por nuestros rabinos para recordar el asesinato de Guedaliá ben Ajiqam, el gobernador de Israel durante los días de Nebujadnetsar, rey de Babilonia.
Rosh Hashaná y Yom Kippur están llenos de solicitudes, tanto privadas como públicas. Todos pedimos que se nos inscriba para una buena vida y que se nos dé lo que necesitamos para sobrevivir. Solo la famosa oración Avinu Malkeinu contiene una lista de más de cuarenta peticiones.
Hoy es Tsom Gedalia, un día de ayuno instituido para recordar el asesinato de Guedalia Ben Ahiqam, el gobernador de Israel durante los días de Nebujadnetsar, rey de Babilonia.
Estamos muy cerca de Rosh haShaná. El día en el cual seremos juzgados. Luego llegarán los aseret yemé teshubá, los días de arrepentimiento que concluyen en Yom Kippur. En la Haftará de Rosh haShaná leemos la historia y la Tefilá de Janá.
Nuestros Sabios indicaron que Abraham, nuestro primer patriarca, pasó por 10 nisiyonot, pruebas o experiencias de vida. Cada una de estas experiencias tiene que ser vistas como una lección o aprendizaje, que le enseña a Abraham algo más sobre cómo relacionarse con Dios.
Rosh haShana es el día del juicio. Este día Dios examina nuestra acciones y decide qué destino merecemos el próximo año, en función de los que hemos hecho este año que pasó.
La historia de Chana, madre de Samuel el profeta, nos recuerda que nada puede darse por sentado. Así que en Rosh Hashana, ponga mucho ímpetu, todo el que tenga, en sus oraciones!
El nivel más alto de Teshubá (arrepentimiento) es cuando uno se arrepiente del error que cometió, de inmediato, antes de repetirlo y evitar así que ese comportamiento incorrecto se convierta en un hábito.
Esta semana la Torá (Debarim 15:1-4) menciona una ley Bíblica no muy conocida: Shemitat Kesafim, la cancelación de las deudas por parte del acreedor. No se trata de la ley de quiebra: es decir, cuando una persona se declara insolvente. Acá se trata de la Mitsva del acreedor de perdonar voluntariamente a los deudores en el año de la Shemitá.
Una vez finalizado Tishá BeAb, volvemos a celebrar fiestas y alegrías. El pasado viernes celebramos una fecha especial, aunque poco conocida: el 15 del mes de Ab.
Pero también tiene sus desventajas, y una es que nos cuesta mucho trabajo ponernos en los zapatos de nuestros ancestros, y entender sus retos en la magnitud que ellos debieron enfrentar.
Una historia cuenta que cierta vez Napoleón pasó cerca de una sinagoga, y vio a los judíos sentados en el suelo, de luto y llorando. Cuando interrogó por ese extraño comportamiento, le explicaron que era Tishá BeAv, y que lloraban la pérdida del Santo Templo.
"¡Me caí!" - exclamaba en medio de sus llantos, mientras la madre lo limpiaba y consolaba: "¡Vamos! ¡Dejá de llorar! ¿No ves que no te pasó nada? ¡Los hombres no lloran!" Itzy "obedeció" y dejó de llorar (por lo menos no sollozaba en voz alta, y no le hacía pasar vergüenza a la madre).
El segundo evento trágico que recordamos, siempre en orden cronológico, es la destrucción del Primer Templo de Jerusalem en el año 586 antes de la era común. Este año quisiera explorar y explicar en un poco más de detalle estos dos últimos eventos.
Ayer explicamos que hacia la mitad del primer siglo de la era común, los judíos vivíamos bajo el imperio romano. Los romanos trataban incesantemente de eliminar el judaísmo y trasformar a Judea en una provincia “normal” pagana del imperio romano.
Entre otras pruebas que tenían que pasar para sumarse al ejercito de Bar Kojbá, los hombres debían ser tan fuertes como para arrancar a la carrera un árbol de raíz. Esta profanación deliberada de nuestra Ciudad Santa tuvo lugar en el 9 de Ab
Tish'a beAb, el día de duelo nacional del pueblo judío, comienza esta noche, miércoles 29 de julio. Por la tarde, antes de que comience el ayuno hacemos la seu'da mafseqet, es decir, la última comida antes del ayuno. Esta es prácticamente "una comida de duelo" y debe consistir en pan, huevos, lentejas y agua.
¿Alguien sabe a quién votaba el abuelo de Gilad Shalit? ¿Alguien sabe si Ron Arad (israelí secuestrado desde 1986) reza según la tradición sefaradí o askenazi? Estas son las preguntas que escuche en un vídeo sobre Tishá Veab
La razón principal, según nuestros Rabinos, por la cual Jerusalem fue destruida fue la animosidad y las divisiones entre los judíos. La historia de estos conflictos internos es muy compleja.
La población judía se sentía cada vez más desplazada y privada de su tierra. En el plano religioso la situación no era mejor: Las provocaciones y humillaciones contra los judíos seguían creciendo cada vez más.
Por: Rabino Yosef Bitton LOS ROMANOS Y LA RELIGIÓN JUDÍA La semana pasada explicamos cómo Judea (יהודה = Israel) dejó de ser un estado independiente y fue convertida en provincia romana por el emperador Augusto. Al igual que los griegos 100 años antes, Roma trató de acabar con el judaísmo e imponer su culto. Los... Read more »